La quinua, planta andina originada en los alrededores del lago Titicaca de Perú y Bolivia fue cultivada y utilizada por las civilizaciones prehispánicas y reemplazada por los cereales a la llegada de los españoles, a pesar de constituir un alimento básico de la población de ese entonces. Los Andes Centrales (Perú, Bolivia, Ecuador) han sido uno de los ocho grandes centros mundiales de domesticación de plantas. Nutricionalmente, la quinua es uno de los granos más valiosos y completos que existen en todo el mundo y del cual, Perú es orgulloso productor.
Esta maravillosa planta con más de 7500 años posee propiedades nutritivas, que la hacen producto de exportación y que hoy más que nunca debemos valorar.
Al cierre del 2019, las agroexportaciones bordearon los US$ 7.500 millones, marcando una cifra récord en la venta de nuestros productos agrícolas a los principales mercados del mundo; vislumbrando en condiciones “normales” que el 2020 iba a ser un buen año para nuestros insumos y fijando así una meta para el sector de US$ 8,000 millones en ventas de alimentos.
Claro que nadie se imaginaba a fines del año pasado que el virus iba a trascender las fronteras de la forma y la rapidez en que lo hizo, convirtiendo a los mercados en puntos de propagación del virus y cambiando de esa manera las proyecciones económicas de todas las actividades, generando de a poco el cierre y los números negativos en diversos sectores de la economía del país y del mundo.
De enero a mayo de 2020, las agroexportaciones peruanas (tradicionales y no tradicionales) sumaron más de US$ 2.500 millones, siendo el único sector que cerró en azul en los primeros cinco meses del año, a pesar de la cuarentena.
En base a datos del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), la comparadora online el Mejor Trato interpreta que el subsector agrícola haya podido mantener valores similares a 2019 a pesar de la situación negativa en los demás sectores, se debe a la evolución alcista de venta internacional de frutas, que contribuyó con el buen dinamismo de las agroexportaciones no tradicionales, cuyas ventas de acuerdo a la Dirección General de Seguimiento y Evaluación de Políticas del Minagri sumaron US$ 2.428 millones en los primeros cinco meses del 2020. Es decir, gracias básicamente al impulso de la mayor producción de: páprika que aumentó en 46,6% (en Lima, Piura y Ancash), quinua 18% (en Ayacucho, Apurímac y Puno), arándano 17% (en Piura), papa en 7% (en Ayacucho, Puno y Huancavelica), uva 7% (en Ica y Piura), entre otros.
Los envíos al exterior más destacados del período fueron:
Es así que, pese a los impactos reduccionistas generados por la pandemia del coronavirus, la agricultura sigue creciendo y aunque todos los subsectores redujeron el número de empleos; la agroindustria mantiene un stock de 457.891.000 (+3.8%) gracias a los mayores envíos de nuestros productos agrícolas (uvas, mangos, quinua, palta, mandarina, páprika, arroz, kion, espárragos, aceite de palma, manteca de cacao, pimiento piquillo)
Dentro de los principales productos que explican el crecimiento acumulado del subsector agrícola junto a las frutas, se encuentra la Quinua; cuyas exportaciones aumentaron un 6% con respecto al mismo período de 2019.
La quinua alcanzó un total de ventas de U$S 49.808, según la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (SUNAT); a pesar de los números negativos no sólo en varios sectores de la economía sino también en la variación de ventas de otros productos agrícolas, la exportación de quinua sigue ascenso. Los primeros cinco meses del 2019 y de 2018 habían registrado valores que no llegaban a U$S 47.000 y para el mismo período de 2020, en plena pandemia mundial registra valores cercanos a los U$S 50.000. De esta forma, el arranque de 2020 es alentador y parece indicar que este será un muy buen año para un cultivo que encuentra condiciones ideales en el Perú.
Se estima que los envíos entre enero a junio del 2020 sumaron US$ 54 millones (21.316 toneladas).
Las ventas al exterior de los últimos años están por debajo del pico que se logró en 2014 con un total de U$S 196.703, indicando así de que aún hay espacio para seguir creciendo, especialmente en el contexto pos-coronavirus donde se espera una mayor demanda de productos saludables.
Desde el Instituto de Investigación y Desarrollo de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lima (Idexcam) se destacó el potencial de los superalimentos peruanos, entre ellos la quinua, y se manifestó que se espera un alza en la demanda.
En junio de 2019 la quinua en grano fue aceptada para ingresar en China a través de la suscripción del protocolo de ingreso que se firmó entre el Ministerio de Agricultura del Perú y el gobierno del país oriental que, además, se potenciará por el Tratado de Libre Comercio que rige entre ambas naciones.
Perú: Principal Exportador de Quinua del Mundo
Perú es el principal exportador de quinua a nivel mundial desde hace 5 años, aunque Bolivia ha estado haciendo esfuerzos por tomar el lugar de liderazgo al buscar el registro en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual de origen de la quinua real, lo que le facilitaría realizar ventas al exterior con un riesgo de desplazar a nuestro país. En 2019, sin embargo, Perú logró un total de exportaciones por 51 mil 107 toneladas, mientras que Bolivia alcanzó 33 mil 100 toneladas, lo que indicaría que el Perú aún se encuentra lejos de ser desplazado del primer puesto.
Puno y Ayacucho son las dos zonas con mayor producción de quinua. Entre ambas, ofertan más del 70% del total nacional. Sin embargo, la región de Arequipa viene sufriendo un boom en la siembra de este cultivo debido a la alta productividad de sus tierras. El rendimiento promedio por hectárea en la región ronda las 5 toneladas, aunque aseguran que pueden alcanzarse las 7 t/ha. En las áreas más alejadas de la costa y con mayor altura, el rendimiento ronda las 3 t/ha. El costo de producción se estima entre 3 a 4 soles por kilo, mientras que el precio de mercado asciende a unos 10 soles por kilogramo. Estos números convierten a la quinua en un producto de rentabilidad alta, especialmente si se la compara con productos que requieren de mayor inversión para ser cultivados como puede ser la uva que requiere una infraestructura mucho mayor.
¿Por qué invertir en Quinua?
La producción de quinua cuenta con una característica que la hace muy atractiva y es la velocidad del retorno de la inversión. Entre 120 y 180 días después de la siembra, el cultivo está listo para ser cosechado. Es decir, a los 5 meses de realizada la siembra, se puede contar con el dinero de las ventas en mano. Y para comenzar con la actividad agrícola o mejorar el proceso productivo actual, existen distintas posibilidades de financiación en el mercado.
Lo dicho anteriormente hace que la barrera de entrada para este producto sea baja en comparación a otras plantaciones y por esta razón, es un cultivo común para pequeños emprendedores. De hecho, más del 70% de los agricultores poseen menos de 5 hectáreas y con el incremento en la demanda y el precio que ha estado viendo este producto en los últimos años, muchos han incorporado más tierras a sus cultivos que no sólo se traduce en mejores rentas, sino también en una mejor calidad de vida para los agricultores.
Quinua, la superheroína contra la hambruna
La sabiduría tradicional de los pueblos andinos advertía desde antiguo acerca de las posibilidades de la quinua como planta salvadora de hambrunas. Cuenta una leyenda cómo una estrella bendijo al pueblo aymara con el “grano dorado”, luego de conocer a un joven campesino que iba en busca de un ladrón de chacras. Otra historia del pueblo aymara relata: “Mucho tiempo atrás hubo una sequía que agotó la naturaleza, matando a todos los animales y plantas y dejando deambular famélicos sin rumbo a los hombres hasta que un cayeron del cielo granos de los cuales brotaron unas plantas, que pronto maduraron y produjeron abundantes frutos que salvaron a los sobrevivientes”. Se trataba de la quinua.
Economistas expertos afirman que la Covid-19 producirá “nuevas bolsas” de hambre, principalmente en aquellos países importadores netos de alimentos.
La quinua es atractiva a nivel mundial por su alto contenido proteico. Es un grano (no es un verdadero cereal) que se usa comúnmente como sustituto de la carne, una tendencia que va en alza a lo largo y ancho del mundo. Es baja en carbohidratos y no contiene gluten, un combo perfecto para aquellos interesados en el consumo de alimentos de calidad y razón por la cual su popularidad como “superalimento” no ha parado de crecer. Su versatilidad la hace adaptable a platos gastronómicos muy distintos e incluso se consume en snacks y desayunos, además de verse en platos principales.
En 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) validó las excepcionales cualidades nutricionales de la quinua, su adaptabilidad a diferentes pisos agroecológicos y su contribución potencial en la lucha contra el hambre y la desnutrición, declarando el “Año Internacional de la Quinua” en reconocimiento a los pueblos andinos que han mantenido, controlado, protegido y preservado la quinua como alimento para generaciones presentes y futuras de manera sustentable protegiendo al medio ambiente.
Mercados actuales y Proyecciones
La quinua peruana se coloca en más de 70 mercados a nivel mundial y las proyecciones a futuro son alentadoras, especialmente con el ingreso del grano al mercado chino que se logró el año pasado. Por ahora, el principal destino es Estados Unidos que representa el 37% de las ventas al exterior. Le siguen Canadá con un 7%, Países Bajos y Francia con un 5% cada uno, Italia, España e Italia con un 4% y, por último, Bélgica y Brasil con 3%.
Con el aumento de la popularidad de este cultivo, también hay otros países que están incursionando en la siembra, aunque aún la calidad del producto es inferior a la de Perú, Bolivia y Ecuador que son los lugares tradicionales para este grano. De las 200 mil toneladas que se producen al año, Perú es responsable de 80 mil. Se espera que la producción anual aumente, aunque también lo hará la competencia.
¿Puede la Quinua combatir a algunos de los destructores efectos de la pandemia?
“La quinua un alimento entregado por los dioses al pueblo americano, para calmar el hambre en tiempos de crisis”
El coronavirus originó la paralización de actividades que afectó el abastecimiento, debido a la interrupción del funcionamiento de las cadenas en el sector agrícola, pero con el paso del tiempo esto se fue restablecimiento. Lo que se agravó fue el valor de las importaciones, que se encarecieron por las devaluaciones de las monedas; aunque por otro lado esta situación origina también buen escenario para las exportaciones, lo cual ser aprovechado por países exportadores de alimentos como el Perú.
Teniendo en cuenta que es necesario hoy más que nunca realizar una acción estratégica para garantizar la seguridad alimentaria del país; además, de generar un ingreso directo para el pequeño productor, fuente de trabajo para muchas familias del campo y el ingreso de dólares al país; si los agricultores peruanos continúan trabajando para mantener alta la productividad de sus siembras, así como también en la diferenciación de la quinua peruana de la del resto de países, nuevamente, hoy a más de 7000 años; la planta andina como contaba la leyenda podría ser la que cubra algunos de los huecos que fue dejando el virus en la economía: un medio para disminuir la pobreza en los Andes, reducir la desigualdad de género y continuar la consolidación del Perú como productor de la misma.