Viernes, 22 de Noviembre del 2024
Los estragos que el coronavirus causa en el sistema respiratorio son ampliamente conocidos, pero el virus también puede causar otro tipo de problemas en nuestro organismo. Especialista de UTEC responde a cinco preguntas sobre la relación del coronavirus y nuestro cerebro.
Uno de los efectos menos conocidos del COVID-19 es el que se da a nivel del sistema nervioso. Si bien aún se encuentra en investigación, los resultados preliminares y datos experimentales sugieren que el cerebro sería muy afectado en una infección de coronavirus.
“Actualmente se tiene dos hipótesis. La primera sugiere que el virus entra por las vías respiratorias y llega al cerebro a través del torrente sanguíneo. El segundo paradigma postula que el virus ingresa al cerebro directamente por el bulbo olfatorio, que es una proyección del cerebro hacia la base de la nariz y cuya función es la de sentir los olores”, explica el Dr. Alfredo Cárdenas, docente de la carrera de bioingeniería de UTEC.
Por ello, el especialista responde estas cinco preguntas sobre el virus y nuestro cerebro.
Sí. El virus tendría la capacidad de infectar las neuronas a través de las conexiones que estas tienen entre sí, llamadas sinapsis. Aparentemente, el virus usa estas estructuras como puentes por los que transita de una neurona a la otra. De esta manera, podrían llegar a las profundidades del cerebro. Es importante resaltar que estas son hipótesis basadas en los hallazgos en otros mamíferos, pero aún no ha sido demostrado en seres humanos.
El virus contiene unas proteínas que se unen a la superficie de la neurona. Una vez dentro de ella, el virus utiliza toda la maquinaria de fabricación de la célula infectada para duplicarse de forma descontrolada. La neurona trata de defenderse activando su sistema de defensa antiviral, pero el virus logra evadirlo y continúa replicándose. Finalmente, la neurona decide suicidarse, por un mecanismo de muerte celular programado llamado piroptosis. Al morir, la neurona libera partículas virales al medio para infectar otras células y da señales que exacerban la respuesta de defensa del cuerpo contra el virus.
Entre los síntomas neurológicos, se encuentra el dolor de cabeza, mareos, vómitos, náuseas, dolor muscular, cansancio, alteraciones del estado de conciencia, epilepsia, pérdida o alteración del sentido del gusto u olfato y alteración de las funciones ejecutivas (planificación, pensamiento abstracto, cambios en el comportamiento). Sin embargo, también es posible que estas manifestaciones o afecciones neurológicas sean ocasionadas o agravadas por la baja oxigenación producida por la neumonía en estos pacientes. El cerebro es el órgano con la mayor demanda de oxígeno del cuerpo y es incapaz de sobrevivir más de 5 minutos sin oxígeno.
No, actualmente no hay artículos científicos que correlacionen de forma positiva la depresión y una mayor susceptibilidad a la infección por SARS-CoV-2. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la depresión por sí misma nos puede llevar a comportamientos negligentes con nosotros mismos que nos ponen en mayor riesgo de sufrir una infección o de no buscar ayuda oportuna.
Tanto las personas con o sin COVID-19 están desarrollando desórdenes mentales como estrés, ansiedad, depresión, irritabilidad, insomnio, miedo, confusión angustia y frustración. “Tras la pandemia, es innegable que el Perú y el mundo no solo se van a enfrentar a un importante e inevitable problema económico, sino también, a un gran problema emergente en la salud mental de sus poblaciones”, afirma Cárdenas.
Hola, una pregunta cuanto tiempo vive el virus en las superficies, ¿Cómo sale el virus de un contagiado? ¿qué características tiene las personas asintomáticas? Gracias.