Mario Vargas Llosa no se anda por las ramas ni rehúye asunto alguno por muy alejado que esté de la materia de su libro, en este caso la recopilación de artículos y entrevistas que ahora publica presenta bajo el título Medio siglo con Borges (Alfaguara).
El Nobel peruano no evita ningún tema porque, según arguye, “un escritor no debe abstraerse ni prescindir de lo que ocurre en su entorno, incluidos lo político y lo social”. Y aunque los escritores jóvenes muestren hoy “un gran desprecio hacia la actividad política y la preocupación social” –opina–, él se formó “en un mundo donde todo eso era inseparable de la vocación literaria”. Además, “si uno acepta una entrevista debe estar dispuesto a responder a todas las preguntas”, agrega.
Una de esas preguntas se refiere aquí al espectáculo poco edificante que los dirigentes políticos han dado y están dando, aquí y allá, durante la gestión de la pandemia. Los de España “no han estado a la altura del desafío que el país ha afrontado y afronta”, y esto es algo sobre lo que “habrá que reflexionar, no tanto para pedir cuentas sino sobre todo para evitar que se reproduzca”, afirma en su condición de ciudadano español.
Pero hay casos peores, y respecto al de Estados Unidos Vargas Llosa es rotundo. “Allí el problema es Donald Trump, que ha creado una enorme confusión con sus medidas y declaraciones contradictorias. Él es el gran responsable de ese número tan elevado de muertes al haber actuado con tanta irresponsabilidad”. El novelista también carga contra el brasileño Bolsonaro, en términos idénticos. Pero, tal vez para poner una nota positiva, enseguida destaca las actuaciones “excepcionales” de los gobiernos de Uruguay y Portugal, dignas incluso “de estudio”.
Otro asunto de actualidad que Vargas Llosa acepta tratar es la cuestionada atención que este y los anteriores gobiernos españoles vienen dedicando a las artes, las letras, el cine, la escena… “La cultura es aquí la cenicienta de las actividades públicas y sociales. Los políticos son muy poco conscientes de la importancia que tiene”, dice. Y si bien el insuficiente apoyo a la cultura está generalizado en el mundo, “en España esa carencia es mayor que en otros países europeos”.
El interés por la vida pública es uno de los aspectos en los que Vargas Llosa marca distancias con Jorge Luis Borges en las primeras páginas de su nuevo libro. En nuestra entrevista, celebrada por teléfono por cautela, el Nobel matiza que a su colega argentino no le interesara en la política sino que “la despreciaba y la consideraba una actividad menor a cargo de gente poco respetable”. Pero el autor de El Aleph adoptó posiciones “muy claras” en ciertos momentos, como por ejemplo en la Segunda Guerra Mundial y en el sentido de expresar sus simpatías hacia los aliados en contraposición con las que el Gobierno peronista mostraba hacia el Eje.
Ese gobierno se ensañó hasta con su madre, a la que llegaron a encarcelar, mientras que a él lo nombraron “inspector de aves de corral” en los mercados, lo cual le obligó a dejar el trabajo de bibliotecario que tenía por entonces, en 1946. Sólo esas represalias por sus posicionamientos contra Juan Domingo Perón y los suyos permiten entender el “entusiasmo” con que Borges acogió el golpe de Estado de Jorge Rafael Videla, continúa el novelista.
‘Medio siglo con Borges’ constituye ante todo un homenaje lleno de “admiración y cariño”; el homenaje de un Nobel de Literatura a otro escritor a quien juzga merecedor de ese mismo premio
Lo terrible, para él, es que el poeta y narrador argentino mantuviera después una notable proximidad con el dictador y el resto de militares de la Junta. Como también es “lamentable” que aceptara una condecoración de Augusto Pinochet. El libro de Vargas Llosa aborda las debilidades de Borges, así como su condición de intelectual sumergido en su universo de libros y ajeno “al mundo y a las pasiones”. Él mismo –recuerda el novelista– decía: “Muchas cosas he leído y pocas he vivido”.
Pero Medio siglo con Borges constituye ante todo un homenaje lleno de “admiración y cariño”; el homenaje de un Nobel de Literatura a otro escritor a quien juzga merecedor de ese mismo premio –que no le dieron “justamente por la condecoración de Pinochet”– y de todos los honores debidos a “una de las cumbres de la lengua española”. Pues “dentro de cincuenta y cien años la gente seguirá leyendo a Borges”.
Una experiencia tan traumática dejará huella en la literatura. Pero pensar que esto va a mejorar la humanidad…, es demasiado optimista”
Durante estos últimos tres meses de confinamiento, Vargas Llosa ha “cumplido estrictamente todas las prohibiciones impuestas”, afirma, y “nadie en casa” ha sido contagiado. Ahora sale de vez en cuando, siempre “con mascarilla”.
El escritor confía en que la pandemia traiga algo bueno en términos creativos: “Seguramente van a salir testimonios literarios, poemas, novelas, ensayos… Una experiencia tan profundamente traumática dejará huella en la literatura”, afirma. Otra cosa es que ese trauma nos cambie a mejor: “Que esto vaya a mejorar la humanidad…, no sé. Creo que eso es demasiado optimista”.
FUENTE: LA VANGUARDIA