La reapertura tendrá lugar con estrictas “medidas de seguridad” para preservar la salud de los visitantes y los trabajadores del monumento. “Estamos impacientes por que la Torre acoja de nuevo a visitantes dentro del respeto, por supuesto, a las medidas de protección y normas sanitarias en vigor”, destacó en la nota el director general de la sociedad, Patrick Branco Ruivo.
Para acceder al edificio se recomendará comprar las entradas por internet, el uso de mascarillas será obligatorio y se desplegará una señalización en todo el monumento para gestionar el orden de los visitantes, cuyo número estará limitado tanto en las plantas como en la entrada a la torre, donde habrá una desinfección diaria de los espacios públicos.
En un primer momento, el acceso se hará exclusivamente por las escaleras y hasta la segunda planta, con la entrada en el ala este y la salida por el oeste para minimizar el contacto entre las visitas. El ascensor principal no se abrirá de momento y su uso dependerá de la evolución de la crisis sanitaria, aunque la intención es reactivarlo durante el verano.
Monumento solidario
El monumento cerró el acceso al público por un periodo indefinido a causa de la pandemia del coronavirus el pasado 13 de marzo, aunque ha aprovechado su simbolismo para unirse a las muestras de solidaridad hacia el personal sanitario y víctimas del virus.
A las 20.00 (18.00 GMT), la misma hora en la que los franceses salían a las ventanas para aplaudir a los sanitarios, el alumbrado de la Torre Eiffel parpadeó de forma temporal durante diez minutos, en lugar de los cinco habituales, como gesto de solidaridad.
También se instaló en su entrada un cartel luminoso con mensajes de ánimo y apoyo a víctimas y trabajadores en primera línea de acción, que permanecía encendido durante un par de horas cada noche.