La Casa Blanca ha ampliado en los últimos días su perímetro de seguridad más allá de sus límites habituales, levantando nuevas zanjas para que los manifestantes no puedan acercarse, algo que planea mantener al menos hasta esa fecha según informó una fuente del Servicio Secreto a ese medio.
“Estos cierres son un esfuerzo para mantener las medidas de seguridad necesarias alrededor del complejo de la Casa Blanca, mientras también se permite la protesta pacífica”, afirmó esa fuente. Las protestas estallaron el pasado viernes en Washington en la zona colindante a la Casa Blanca, en la que se registraron disturbios y saqueos a lo largo del fin de semana.
De hecho, el Servicio Secreto tuvo que proteger al presidente de EE. UU., Donald Trump, en el bunker de la Casa Blanca ante la cercanía de los disturbios. Desde principios de semana, sin embargo, las protestas han sido mayoritariamente pacíficas.
El pasado lunes, de hecho, las fuerzas de seguridad dispersaron con gases lacrimógenos a los concentrados pacíficamente frente a la Casa Blanca para que el presidente pudiese acceder a una iglesia cercana a fotografiarse con una biblia en la mano, un gesto que ha sido muy criticado.
La alcaldesa de Washington, la demócrata Muriel Bowser, mostró este jueves en declaraciones a periodistas su preocupación de que la ampliación del perímetro de la Casa Blanca a las calles colindantes de la capital estadounidense “no sea temporal”.
“Hay que tener en cuenta que esa es la casa del pueblo. Es algo triste que la casa y sus residentes deban estar tapiados. Creo que es triste”, dijo.