Lima, junio de 2020.- De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños presenta el Trastorno del Espectro Autista (TEA), el cual comienza en la infancia y tiende a persistir hasta la adolescencia y la edad adulta. Así, el Día del Orgullo Autista, conmemora el hecho de que los autistas no sufren una enfermedad cerebral, sino una condición neurológica que origina un desarrollo diferente.
Por esta razón, el Mg. Carlos Huamán, del Servicio Psicopedagógico de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad de San Martín de Porres, aclara algunas cuestiones en torno a esta condición.
¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?
Según la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el espectro autista es considerado como una discapacidad que se caracteriza por dificultades para comunicarse, por intereses limitados, por comportamientos repetitivos e intolerancia sensorial a ciertos estímulos, y por factores que afectarán la integración familiar, social y laboral del individuo.
¿A qué edad se puede saber si un niño es autista?
Por lo general se presenta a los dos años de edad, momento en el cual se manifiestan ciertas conductas en el individuo que podemos identificar como:
No se nace con esta condición. Podemos identificar ciertas conductas a partir del año y ocho meses o tal vez a los dos años de vida. Es recomendable el tratamiento a temprana edad.
¿Hay tratamientos para superar esta condición?
El espectro autista no tiene cura, pero existe tratamiento que ayuda a mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen:
¿Qué sentimientos o comportamientos se evidencian?
Los niños normales muestran interés por los estímulos que les rodean, tanto de forma visual como auditiva, pero los niños con TEA, no. Estos son algunos sentimientos o comportamientos que se evidencian en estos últimos:
Nivel social:
Nivel comunicación:
Nivel comportamiento:
“Respecto del confinamiento, una de las características de estos niños es la rutina. Los padres deben mantener dicha rutina y establecer objetivos sencillos como lavarse las manos, dar de comer a la mascota, entre otras. Aprovechar el tiempo de convivencia para enseñar nuevas actividades y si preguntaran por qué no pueden salir a la calle, explicarles en forma sencilla la importancia de mantenerse en casa”, indicó el Mg. Carlos Huamán.