La decisión, tomada anoche en un comité de consulta entre el estado federal y las entidades federadas y con el visto bueno de los expertos a cargo del desconfinamiento, tiene en cuenta que estar confinados “tiene efectos más o menos importantes desde un punto de vista mental, social y educativo” para los más pequeños.
Para la apertura de los centros de preescolar el próximo 2 de junio no se recomendará el uso de mascarilla para los menores ni, por “motivos pedagógicos”, para los adultos mientras se estén ocupando de ellos, si bien sí se aconseja su uso para las interacciones entre adultos.
En las escuelas primarias, que volverían el 8 de junio con una posible jornada de prueba el 5 de junio, tampoco se obliga a los niños a llevar mascarilla, pero sí se recomienda a los adultos si no se respetan las distancias de seguridad. Esta distancia de seguridad no será obligatoria para los alumnos, pero sí se insta a que se mantenga entre profesores y estudiantes, entre dos profesores y con los padres de los alumnos.
Para los recreos se recomienda que los niños jueguen con los compañeros de su misma clase, para evitar que una posible infección se extendiera por más aulas que la original.
En el caso de los estudiantes de secundaria dependerá de cada comunidad educativa decidir permitir si más estudiantes regresan a la escuela, pero solo unos pocos días a la semana y bajo la recomendación “encarecida” de usar una mascarilla tanto para los estudiantes como para el personal.
En cualquier caso, se mantendrán medidas de higiene para todos los ciclos educativos, incluido el lavado frecuente de manos, y las aulas, los pasillos y las salas de profesores deben estar ventiladas en todo momento, recurriendo a actividades en el exterior “cuando sea posible”. Cada escuela deberá diseñar un plan de emergencia en caso de un brote de coronavirus.