El Gobierno ha conseguido los 177 síes que suman los grupos del PSOE, Unidas Podemos, Ciudadanos, el PNV, Más País (el partido de Íñigo Errejón), Coalición Canaria y las formaciones locales de Cantabria y Teruel. El PP se ha pasado a las filas del no y junto a Vox, ERC, JxCat, la CUP, Foro Asturias y Compromís han dado 162 votos al bloque contra la nueva ampliación del confinamiento.
Bildu, que dudó hasta bien entrada la mañana, Navarra Suma, el BNG, Nueva Canarias y un diputado de ERC, Joan Josep Nuet, se han inclinado por la abstención, y han sumado los once votos restantes. Así ha concluido la larga jornada de un pleno cargado de confrontación en el que Sánchez no ha podido imponer su idea inicial de cerrar una prórroga, la última, de un mes de duración.
Habrá que ver que pasa dentro de 15 días. El Gobierno ha ido perdiendo aliados quincena a quincena y todo apunta a que podría quedarse solo de cara a la sexta ampliación de este estado de alarma, porque Ciudadanos, su inesperado nuevo socio que hoy le ha sacado las castañas del fuego, ya ha avisado de que prefiere un plan B, es decir, el establecimiento de un marco jurídico configurado en la legislación sanitaria que permita garantizar la seguridad sin inculcar los derechos fundamentales.
De momento, ya es un hecho que los españoles seguirán confinados hasta el 7 de junio. Y también es un hecho que en el Congreso se ha visto hoy a dos bloques políticos muy distanciados sobre cómo debe atajarse la crisis sanitaria y sobre cuáles deberían ser las medidas para paliar la debacle económica que el virus ha dejado a su paso.
“Su problema está en las colas para pedir comida”, ha señalado Pablo Casado a Sánchez con quien ha sido muy duro. El líder del PP ha echado en cara al presidente que “haya ido siempre por detrás de los acontecimientos, que ocultase las alertas iniciales y que despreciase la mano tendida de la oposición. “Ha dejado abandonados a los españoles”, ha resumido un Casado cuyas diferencias con Sánchez ya parecen irreconciliables a estas alturas de la pandemia.
Mucho más contundente aún se ha mostrado Santiago Abascal, quien ya se abonó a las filas del no en la votación de la segunda prórroga. El líder de Vox ha acusado a Pablo Iglesias de “dejar morir a ancianos” al ser el responsable de las residencias. También ha arremetido contra la renta mínima que el Gobierno pretende establecer para ayudar a las personas que se han quedado sin ingresos y la ha comparado con “la cartilla de racionamiento”.
Abascal no ha dudado en llamar a la protesta desde la tribuna del Congreso en una actitud que contrasta con la del portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, quien ha destacado que su partido representa “el centro y la moderación” para pasar a dar sus diez votos a favor del sí. Bal ha afeado a PP y Vox que no tengan como prioridad “salvar vidas” y ha subrayado que “Ciudadanos no es el nuevo socio del Gobierno” para que Sánchez tenga claro que no tiene garantizado el apoyo de la formación naranja.
Pero desde la filas de ERC lo ven de otra manera. Al portavoz de los republicanos en el Congreso, Gabriel Rufián, no le ha hecho ninguna gracia que el presidente se inclinase por pactar con los naranjas y desdeñase un acuerdo con ERC por lo que ha avisado al presidente de que “se está llevando por delante, quizá irremediablemente”, la mayoría que dio luz a la investidura el pasado mes de enero.
También Joan Baldoví, el diputado de Compromís, que apoyó la investidura de Sánchez se ha desmarcado hoy de las tesis gubernamentales y ha votado en contra de esta quinta prórroga del estado de alarma. Lo mismo que JxCat y la CUP, que ya se desentendieron de Sánchez varias prórrogas atrás al considerar que el estado de alarma es algo así como un nuevo 155 que resta competencias a los gobiernos autonómicos.
En cambio el PNV ha sabido llevar el agua a su molino y ha logrado, a cambio de su sí, garantizar la cogobernanza durante el proceso de desescalada. El portavoz de los nacionalistas vascos en el Congreso, Aitor Esteban, ha asegurado que la pandemia “ha demostrado la necesidad de autosoberanía” y ha celebrado que el Gobierno apueste por la “codecisión”.