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Científico francés descartó una segunda ola de contagios: “La epidemia de coronavirus está terminando”

Publicado el 15/05/20

Didier Raoult, el virólogo francés cuyo tratamiento contra el coronavirus basado en hidroxicloroquina divide el mundo médico, aseguró este martes que la epidemia de Covid-19 “está terminando” y, pese a los temores de otros especialistas, descartó el surgimiento de una segunda ola de contagios.

“Vemos que un poco en todas partes las cosas se está deteniendo”, dijo Raoult en un video publicado el martes en el sitio del Instituto Mediterráneo de Infección en el Hospital Universitario (IHU) de Marsella, en el sur de Francia.

“En ninguna parte hay una segunda ola, es la curva banal. Algunos casos esporádicos aparecerán aquí o allá eventualmente si hay alguien uno de super contagioso, pero todo esto ya no refleja una dinámica epidémica. La epidemia está terminando”, aseguró.

El especialista, miembro del consejo científico que asesora al gobierno francés en la lucha contra la pandemia, respaldó su aseveración con esta cifra: en Marsella, la segunda ciudad más poblada de Francia, el lunes se registró apenas un nuevo caso de contagio sobre un total en 1.200 personas analizadas.

Según Raoult, la desaceleración de la epidemia se explica en la ciudad por el hecho de haber “diagnosticado y tratado sistemáticamente” a los pacientes, porque “sabemos que el tratamiento disminuye la duración del transporte viral” . Ya en abril, el cientifico había afirmado que “dentro de un mes, es posible que no haya más casos en países templados”.

Para los muertos, por otro lado, “será un poco más largo porque desafortunadamente habrá algunos muertos que surgirán y que ahora están en cuidados intensivos”.

A pesar de todo, varios focos epidémicos se han reportado en los últimos días en Francia, donde se registraron más de 27.000 fallecidos. Si bien las cifras de la epidemia ahora son menos alarmantes en Europa y los países están levantando las restricciones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recordó el lunes que “la vigilancia extrema sigue siendo necesaria” ya que “siempre existe el riesgo de que la enfermedad comience nuevamente”.

Raoult está en el centro de un debate mundial sobre el uso de la cloroquina y de la hidroxicloroquina para combatir el coronavirus. El científico promueve la suministración de esta droga contra la malaria en pacientes al comienzo de la enfermedad, junto con un antibiótico, la azitromicina y hasta llegó a definir “inmoral” prohibirla. El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha abogado por su uso contra el nuevo coronavirus. Pero una gran parte de la comunidad científica y de las organizaciones exigen una validación científica rigurosa previa antes de usarla, advirtiendo del riesgo que podrían correr los pacientes.

“Hay muchos trabajos que provienen de China, que con nosotros es el único que ha publicado series muy largas, que muestran que la hidroxicloroquina permite reducir la carga viral, evitar la transición a la reanimación y aumentar las esperanzas de vida”, reiteró este martes. “En un estudio, el 50% de las personas se salvan en la situación observada. Entonces, el único medicamento para el cual hay evidencia publicada es la hidroxicloroquina”.

Por otra parte, mostró dudas acerca de la eficacia del Redemsivir, la droga que según varios ensayos parecería la más prometedora contra el virus. “No hay evidencia publicada de que Redemsivir haya salvado una vida. Se debe tener cuidado antes de lanzarse a tales cosas”, dijo, al alertar sobre el alto grado de toxicidad de este medicamento, que se encuentra aún en fase de prueba y no está disponible para su uso generalizado.

Más en general, el especialista francés cuestionó como la mayoría de la comunidad científica enfrentó la lucha contra la enfermedad. “Es una enfermedad diferente, una epidemia con un virus que no conocemos. La mayoría de las especulaciones que pudimos hacer eran falsas”, dijo, antes de alertar sobre el riesgo de que el abordaje elegido para tratar la enfermedad podría haber tenido como consecuencia la imposibilidad para muchos pacientes de acceder a cuidados esenciales.

“Este miedo a esta epidemia, que parece haber invadido todo, no debe terminar reemplazando lo que es medicina habitual”, reflexionó. “Debemos tratar a las personas, no dejarlas en casa. Después de todo, es una lección que proviene de Islandia y Suecia, donde tienen tasas de mortalidad muy bajas: si tratas a las personas, incluso si no hay un medicamento preciso que te permita matar el virus, habrá menos muertes”, dijo Raoult.

“Se ha puesto en marcha un sistema sorprendente: las personas no reciben tratamiento, los médicos tienen prohibido recetar medicamentos que podrían funcionar”, agregó Raoult. “Para las estrategias terapéuticas, todo se ha confundido debido a un gran proyecto de evaluación científica, que tal vez sea la razón por la que no queríamos curar a las personas para esperar un estudio cuyos resultados llegarían cuando no hubiera más personas enfermas”.

“Ha habido un intento de monopolizar la capacidad de diagnosticar a las personas que es profundamente antimédico”, concluyó. “Habrá mucho para reflexionar en el futuro”.



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