Ante un grupo de unos 30 fieles, dispuestos a distancia de seguridad, Francisco celebró una misa en la capilla dentro de la basílica de San Pedro, donde se conservan los restos mortales del papa Juan Pablo II, precisamente en el centenario de su nacimiento en Polonia, el 18 de mayo de 1920.
“San Juan Pablo II encarnaba los tres rasgos del buen pastor: la oración, la cercanía al pueblo y el amor a la justicia”, dijo.
Pese al clima religioso, un miembro de la gendarmería del Vaticano pidió con firmeza a los fieles que cumplan las nuevas indicaciones.
La famosa basílica de San Pedro, cerrada desde el 10 de marzo, fue totalmente desinfectada este fin de semana.
En presencia de numerosos policías con mascarillas, los visitantes, hicieron la fila respetando una distancia de dos metros entre uno y otro e ingresaron al templo, luego de que se les tomara la temperatura y la desinfección de sus manos con gel.
Primer país donde se impuso el confinamiento hace más de dos meses para contener el nuevo coronavirus, la península sigue traumatizada por los estragos de la pandemia, tras registrar más de 32.000 decesos y paralizar su economía.
Sin embargo, desde el 4 de mayo los italianos han recuperado una mínima libertad, con una primera flexibilización de las restricciones, bajo la estricta vigilancia de los “carabinieri”.
Este lunes pueden abrir la mayoría de pequeños y grandes comercios, las peluquerías, los bares y restaurantes. “Italia vuelve a encender las luces, después de 69 días de cierre”, resumía el diario La Repubblica.
“Higiene, higiene”, es el nuevo paradigma para el célebre peluquero romano Luca Picchio, quien instaló separadores en plaxiglas y dispuso que un empleado controle el cumplimiento de las nuevas reglas “para garantizar tranquilidad tanto a sus empleados como a sus clientes”, explicó.
También está previsto la reanudación de misas y celebraciones religiosas en las iglesias de todo el país, manteniendo las medidas de distanciamiento social.
El papa Francisco se congratuló el domingo de “esta señal de esperanza”. “Pero, por favor, avancemos con las normas que nos han dado para asegurar la salud de cada uno”, insistió.
En Milán, una misa a media jornada en su majestuosa catedral gótica, símbolo en la capital de la Lombardía, recordará a los muertos de una de las regiones más castigadas por la pandemia.
“No podemos permitirnos” esperar a que se descubra una vacuna para reabrir el país, justificó el sábado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte.
“Nuestros principios siguen siendo los mismos: proteger la vida, la salud de los ciudadanos. Pero tenemos que declinarlos de forma diferente”, insistió.
La propagación de la pandemia parece estar bajo control en el país, donde el balance de víctimas mortales volvió a descender este fin de semana, con 145 decesos, la cifra más baja desde el inicio del confinamiento.
Próxima fase
Unos 800.000 comercios podrán reabrir este lunes, según la confederación patronal Confcommercio. Siete bares de cada 10, y el 80% de las imprescindibles “gelaterie”
Los italianos podrán de nuevo reunirse con su familia, amigos o compañeros, en el domicilio o en el exterior. Las grandes congregaciones siguen no obstante prohibidas, así como las fiestas privadas. El uso de la mascarilla es obligatorio en los lugares cerrados abiertos al público y los desplazamientos entre regiones requieren una justificación.
La próxima etapa del desconfinamiento sera el 25 de mayo, con la reapertura de gimnasios, piscinas y centros deportivos. El 3 de junio, el país abrirá sus fronteras a los turistas europeos, una prioridad para las autoridades para relanzar el sector clave del turismo.