Se fue de la misma manera en que vivió: abrazando la realidad”, con estas palabras el músico Wynton Marsalis ha anunciado la muerte de su padre, Ellis Marsalis Jr, uno de los maestros del jazz que ha muerto a los 85 años por complicaciones del coronavirus.
Marsalis Jr. (Nueva Orleans, 1934 – 2020), patriarca de este género y miembro de una saga de artistas de jazz de Nueva Orleans, el pianista falleció esta pasada noche en el hospital “de manera pacífica”, tras ser hospitalizado el sábado, ha explicado a través de su página web su otro hijo, el también célebre músico Brandford Marsalis.
“Mi padre fue un gigante de la música y un maestro, pero sobre todo fue un gran padre. Dio todo lo que tenía para sacar lo mejor de nosotros mismos”, ha expresado
Además, Brandford Marsalis ha adjuntado en esta nota de pésame colgada en su página web unas palabras de su amigo y profesor de Derecho de Harvard, David Wilkins: “Todos podemos maravillarnos de la audacia de un hombre que creía que podía enseñar a sus muchachos negros a ser excelentes en un mundo que negaba esa posibilidad, y luego verlos continuar redefiniendo lo que significa la excelencia en todos los tiempos”.
Autor de más de 20 discos de jazz, y padre de los también músicos Delfeayo y Jason Marsalys, los amantes del jazz siempre le agradecerán su tesón por conservar el puro estilo del jazz de Nueva Orleans no sólo actuando, sino dando clases a las nuevas generaciones.
Su muerte en un momento en el que Estados Unidos se debate en una gran crisis debido a la pandemia del coronavirus no impidió que su amigo y profesor de Derecho de la Universidad de Harvard, David Wilkins, se manifestara: “Todos podemos maravillarnos de la audacia de un hombre que creía que podía enseñar a sus muchachos negros a ser excelentes en un mundo que negaba esa posibilidad, y luego verlos continuar redefiniendo lo que significa la excelencia en todos los tiempos”, escribió.
Nacido el 14 de noviembre de en 1934, en Gert Town, Nueva Orleans, en los primeros años de su carrera interpretó el saxo tenor y el clarinete, antes de dedicarse al piano, instrumento en el que se especializó desde mediados de la década de los años 50, y de incluir algunas de las músicas locales en su repertorio.
Pero, como dice Jaime Andrés Monsalve, director de Radio de Radio Nacional, “fue un defensor absoluto del jazz clásico de los 50 y cifró en ese camino su propia carrera”.
Con esto, hizo un recorrido que llevó a que décadas después, en los 80 y los 90, fueran sus hijos y los músicos de los que fue mentor, los que siguieran su senda, como Terence Blanchard, Donald Harrison, Nicholas Payton, Irvin Mayfield, Harry Connick Jr, los hermanos Marlon y Kent Jordan, Reginal Veal y también Victor Goines, como registran distintos medios estadounidenses.
Para Monsalve, su recuerdo en la historia de la música y del jazz, especialmente, tiene que ver con esa faceta de haberse convertido en un “educador de quilates”. Y en momentos en los que el jazz “se volvió de fusión y con otros sonidos, tanto él como su gente se anclaron en la tradición”, sigue.
“De hecho, hay un movimiento llamado Jóvenes Leones, alejado de las tendencias atípicas, y él fue su líder indiscutible”.
Marsalis comenzó en un grupo que formó a finales de la década de los 50, del que hicieron parte, entre otros, Harold Batiste y Ed Blackwell. En 1962 grabó en un disco de Nat Adderley y poco después pudo realizar su primera producción, pero esta no tuvo ninguna relevancia.
En esa década, y mientras empezaba su reconocimiento, estuvo tocando en clubes de Nueva Orleans y realizando espectáculos como músico acompañante de creadores de gran reconocimiento como Ed Blackwell y Nat Adderley.
Su faceta educativa comenzó en la Xavier University y también dio clases en Loyola University y en New Orleans Center for the Creative Arts.
Pero en esta parte de su carrera, fue fundamental su labor en la Universidad de Nueva Orleans, lugar en el que ayudó a posicionar los estudios sobre jazz, dejando un gran legado, trabajo que realizó hasta principios de la década de los 90.
“Su refinamiento en el piano será otro de sus grandes recuerdos, sin olvidar que es uno de los grandes representantes de la segunda generación de un linaje, el de los Marsalis, que ya va por la cuarta parte de músicos importantes para el mundo”, agrega Monsalve.
Siempre amó tocar para la gente en vivo, donde sintiera que les daba emoción a los seguidores del género. De hecho, hasta finales del 2019 nunca faltaba los viernes al Snug Harbor, una de las casas del jazz de Nueva Orleans. Allí, entregaba su saber, ese que les deja como legado a sus hijos y mundo del jazz.
FUENTE.
EL TIEMPO