Madrid, 14 abr (EFE).- Con su imprescindible túnica de Hogwarts, su varita colgada en la cintura y unas notas brillantes, Emma Watson dio el salto internacional con su Hermione Granger en la saga de “Harry Potter”. Pero lejos de estancarse, fue a la Universidad y llega a los 30 años convertida en una potente voz feminista.
A pesar de ello, la actriz reconoce llegar a la tercera década un poco estresada debido a todas las presiones sociales que conlleva cumplir esa edad: “Si aún no has construido un hogar, no te has casado, no tienes un bebé o aún estás descubriendo cosas por tu cuenta, no tienes nada seguro en una edad en la que se supone que ya deberías tenerlo. Esto genera ansiedad”, sostuvo la actriz en una entrevista con la revista British Vogue.
Nacida en el seno de una familia acomodada, de padres abogados graduados por la elitista Universidad de Oxford (Inglaterra), Watson nació en París (1990) donde estuvo viviendo hasta los cinco años, edad en la que sus padres se divorciaron y ella se fue a vivir a Oxford con su madre y su hermano mayor. Por este motivo, la actriz domina el francés, aunque reconoce haberlo perdido por “la falta de práctica”.
Con tan solo seis años la pequeña Watson ya tenía muy claro que su vocación era la de ser actriz, así que paralelamente a sus estudios escolares acudía a la escuela de teatro Stagecoach Theatre Arts, donde empezaría a dar sus primeros pasos como artista.
Fue una profesora de esta escuela la que la apuntó al casting de las películas de Harry Potter, y se convirtió en la coprotagonista de la saga.
Poco a poco, el éxito de la actriz, que protagoniza las ocho entregas de la saga junto a Daniel Radcliffe (Harry Potter) y Rupert Grint (Ron Weasly) -a los que considera hermanos-, se consolidó. Y no solo en su filmografía. Tan solo durante esa etapa profesional Watson ingresó en su cuenta bancaria alrededor de nueve millones de libras.
A pesar de que para muchos de sus fans es difícil ver a la actriz alejada de su varita y de su capa, la artista británica ha sabido despegarse de esa joven maga que la alzó a la fama para protagonizar todo tipo de géneros y de personajes.
Películas como “The Perks of Being a Wallflower” (2012), “The bling ring” (2013) o “Noe” (2014) son algunos de los títulos que la británica ha protagonizado al margen de la citada saga. Incluso en 2015 se convertiría en la musa del director español Alejando Amenábar en la película “Regression”.
Su papel de Bella en la adaptación con personas del clásico animado de Disney “Beauty and the Beast” (2017), confirmó su sitio privilegiado en el mundo del cine gracias a un personaje con el que la actriz se identifica mucho debido a su “independencia y seguridad”, según afirmaba a EFE en una entrevista previa al estreno.
Lejos de quedarse anclada en ser solamente actriz, Watson decidió compaginar su carrera artística con la educación, de este modo consiguió graduarse en Literatura Inglesa por la Universidad de Brown, en Rhode Island (EE.UU.).
Artista polifacética también ha dado el salto a la moda. Como modelo de marcas tan reconocidas como Channel, Burberry o Lancôme y con la promoción de una moda sostenible a través de looks producidos con métodos respetuosos con el medio ambiente.
En 2014 la ONU nombraba a Watson Embajadora de la Buena Voluntad, con el objetivo de luchar contra la violencia de género y promover la igualdad e independencia de todas las mujeres del mundo. Esa es ahora una de sus inquietudes fuera de los focos del cine y la publicidad, la lucha contra la brecha de género.
“La experiencia universitaria debe enseñar a las mujeres que merecen ocupar cargos de poder y, además, debe dejarles claro que su seguridad es un derecho, no un privilegio”, declaraba a los periodistas en la sede de las Naciones Unidas, tras un elogiado discurso para promover la campaña “He for She” a favor de cerrar la brecha de género en las universidades.
De este modo, Emma Watson sopla las velas de su trigésimo cumpleaños con la satisfacción profesional de estar posicionada como una de las mejores actrices del panorama cinematográfico actual, y el entusiasmo personal de haberse convertido en un joven icono de la igualdad a nivel internacional.
Y aunque desprendida ya de la piel de Hermione, en los corazones de muchos de sus fans siempre quedará su mágico hechizo “Wingardium Leviosa”.
Silvia García Herráez
(c) Agencia EFE