Dubái – 07 MAR 2020
Dos destacados príncipes y al menos otro miembro de la familia real saudí han sido detenidos y acusados de alta traición, según informan este sábado dos periódicos estadounidenses. La medida, sobre la que la Corte Real mantiene silencio, supone un nuevo refuerzo del poder del heredero y gobernante de hecho, el príncipe Mohamed Bin Salmán (conocido como MBS). Algunos comentaristas la relacionan con un posible deterioro de la salud del rey Salman, de 84 años, que los detenidos verían como el último freno a un eventual golpe palaciego.
El príncipe Ahmed Bin Abdelaziz, hermano menor del monarca, y el príncipe Mohamed Bin Nayef, sobrino de ambos, han sido confinados a sus domicilios tras ser acusados de alta traición, asegura The Wall Street Journal sin desvelar la identidad de sus fuentes. La agencia Reuters también ha obtenido esa misma información por sus propias vías. Esa alegación abre las puertas al encarcelamiento de por vida e incluso la pena de muerte. Ambos hombres, potenciales candidatos al trono, están acusados de haber “fomentado un golpe con el objetivo de derrocar al rey y al príncipe heredero”, según el diario. The New York Times, por su parte, añade a los detenidos al hermano menor de MBN, Nawaf, que se encontraba con él acampado en el desierto.
Mohamed Bin Nayef (MBN), de 60 años, era el heredero al trono hasta 2017 cuando inesperadamente fue remplazado por su primo MBS, de 34, en lo que algunos observadores interpretaron como una lucha de poder entre las ramas de la familia real. Desde entonces tenía los movimientos restringidos.
El septuagenario Ahmed, cuyo puesto en la línea de sucesión se saltó en 2015 al nombrarse heredero a MBN y viceheredero a MBS, llamó la atención cuando durante una estancia en Londres en 2018 hizo unas declaraciones en las que dio la impresión de criticar la guerra en Yemen iniciada por MBS. Sin embargo, su regreso al reino poco después del asesinato del periodista Jamal Khashoggi se interpretó como un cierre de filas con la monarquía.
A raíz de ese caso, que despertó la indignación internacional, se suscitó la posibilidad de que la familia real contemplara un cambio en la sucesión para salvar su imagen. No hubo tal. Ayudado sin duda por la tibia reacción de Estados Unidos, MBS ha seguido adelante sin mayores consecuencias e incluso ha logrado la presidencia del G20 este año. El rey jamás iba a aceptar el relevo de su hijo favorito. De ahí que algunos analistas se pregunten si se ha producido un deterioro en la salud del monarca que los críticos del heredero hayan intentado aprovechar.
Las detenciones, que en las redes sociales ya se han bautizado como Juego de Tronos temporada 2020, constituyen un nuevo paso en el control absoluto del poder por parte del gobernante de hecho del primer exportador de petróleo del mundo. Desde su sorprendente nombramiento como heredero cuando aún no había cumplido 31 años, MBS ha consolidado su posición eliminando cualquier competencia de otras ramas de la familia real y haciéndose con el control de todos los ministerios e instituciones clave.
Poco después de apartar a su primo MBN, veterano ministro de Interior y hombre con buenas relaciones con Estados Unidos, el heredero saudí también procedió a purgar a príncipes y magnates bajo el pretexto de una campaña anticorrupción. Además, al mismo tiempo que liberaliza la economía y las restricciones sociales, ha encarcelado a activistas de derechos humanos y clérigos, limitando el debate público.
FUENTE: EL PAÍS