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JAIME GUARDIA

Publicado el 09/02/20

El connotado charanguista, cantante y compositor  Jaime Guardia Neyra nació en Pausa, Ayacucho, el 10 de febrero de 1923. El escritor José María Arguedas le dedicó su novela Toda la Sangre: “A Jaime Guardia, de la Villa de Pausa, en quien la música del Perú está encarnada cual fuego y llanto sin límites”.

Jaime Guardia Neyra siente inquietud por la música, la misma que va practicando con una quena y un charango que le regaló un primo. Rodeado por familiares músicos, donde tíos y primos eran eximios guitarristas, no le fue difícil compenetrarse con el charango.

Por su afán por aprender de los mayores no era raro verlo en las fiestas de adultos para observar, escuchar y sentir cómo se tocaba la música de su tierra. En ese tiempo los padres tenían prohibido tocar algún instrumento a los jóvenes o niños, porque tenían la idea de que ser músicos era ser un pervertido, un bandido o un bohemio.

Para aprender a tocar llevaba a escondidas el charango a la chacra, “ya que mi familia no quería que yo aprendiera. Escondía el instrumento en los montes y cada vez que me iba me dedicaba a tocar. La quena no me llamó mucho la atención, no así el charango que me gustaba mucho, lo mismo que la guitarra”, sostiene el artista paucino en el libro que sobre su vida editó el INC en 1988.

La migración de los habitantes de la sierra a Lima, a finales de la década del 40, motivó al joven Guardia para tentar suerte en la capital. A la edad de 16 años llega con la ilusión de mejorar su condición de vida.

Era la época del auge de los coliseos. Los músicos y artistas provincianos que añoraban su terruño buscaban un espacio donde reencontrarse con sus costumbres, bailes y canciones. Los domingos eran los días claves. Todas las familias procedentes del ande salían en caravana, desde donde vivieran, para gozar con la música de sus paisanos.

En esos años funcionaban coliseos como el “Lima”, en la calle Pomabamba en Breña; el “Inca”, en la Plaza de Acho; el “Bolívar”, en Tacora, puntos obligados de reunión de los migrantes serranos.

A partir de 1950 empieza a tocar en uno de los conjuntos que asistía al coliseo “Lima”. Posteriormente se va .presentando como solista de guitarra, primero, y de charango después. Imponer su estilo no fue fácil; por el contrario, en ese entonces había un predominio de la música huancaína que es más alegre y bailable. Imponer mi estilo y el yaraví, que es un género triste dentro de la música andina, ha sido un triunfo: el público de coliseo siempre reclamaba música alegre. Los empresarios me sugerían que no incluya en mi programa música tan triste. No les contradecía, pero cuando estaba listo mi contrato, después de tocar piezas alegres tocaba un yaraví. Así, poco a poco, se fue acostumbrando el público”, recuerda Guardia Neyra.

Por esa época ingresa a trabajar en los coliseos el conjunto “Lira Paucina”‘, con el que Jaime Guardia cosecha grandes éxitos. Jacinto Peve y Luis Nakayama, junto al mencionado charanguista, empiezan a gustar al público por la emoción y sentimiento que ponían al interpretar sus temas. Por esta razón es que generan la admiración del entonces jefe de la sección de folclore del Ministerio de Educación: el doctor José María Arguedas.

Era la época en que el insigne escritor visitaba los coliseos y centros donde se difundían las manifestaciones folclóricas, supervisando los eventos regionales, participaba como espectador, entraba a los camarines, veía los ensayos, y conversaba y daba recomendaciones a los artistas populares para que preservaran las raíces singulares de sus respectivas regiones.

Las relaciones entre el charanguista y el autor de Yawar Fiesta se van estrechando, hasta que ingresa a trabajar el departamento de folklor, junto a otro gran investigador de la música popular andina como es el doctor Josafat Roel Pineda. En ese entonces, José María Arguedas era director de la Casa de la Cultura.

“Realmente de las personas o que más he aprendido ha sido con el doctor José María Arguedas y Josafat Roel Pineda. Ambos me enseñaron parte del trabajo que ahora realizo en la Escuela Nacional de Folclor”, nos manifestó Jaime Guardia hace algún tiempo, en una entrevista.

Con esta asesoría, el prestigioso charanguista apoya el trabajo de recopilación de grabaciones, y de información sobre fiestas y danzas de las diversas partes de la sierra. Al poco tiempo, los viajes se hicieron frecuentes y se fue enriqueciendo el
archivo folclórico de la Casa de la Cultura.

En total, Jaime Guardia y la “Lira Paucina” han grabado únicamente seis discos de larga duración, debido a la defensa de las raíces musicales de su tierra y por no caer en la comercialización que obliga a muchos intérpretes a desvirtuar la música original de su respectiva región.

Muchos intérpretes se han comercializado mucho debido a la presión de las disqueras que prefieren más el ambiente comercial, el negocio, y cuando el intérprete no tiene conciencia de que es representativo de su pueblo, de su departamento, se entrega al empresario y, por agradar él y por ganar también, comienza a ponerle nueva forma, nuevos elementos a lo que toca para complacer al público que quiere estas cosas”, afirma en forma crítica el músico ayacuchano, en un pasaje del libro Jaime Guardia, charanguista.

Por lo anterior, no ha sido raro escucharle criticar a los diversos grupos de música latinoamericana que usan instrumentos no peruanos para interpretar huaynos con raíces profundamente andinas.

“Adiós pueblo de Ayacucho es tocado con sabor boliviano por algunos grupos, por lo que ya no es ayacuchano, ni peruano, ni boliviano, por eso Arguedas decía que era un tipo de música despatriada, que no tenía partida de nacimiento”, sostiene Guardia Neyra.

Actualmente el charanguista paucino se desempeña como profesor en la Escuela Nacional de Foldor, en su afán de forjar profesionales con amor hacia nuestro acervo cultural. El 10 de abril el gobierno aprista dio la resolución ministerial Nº 159-87-ED, mediante la cual otorgaba a los artistas nacionales el título de Artistas Populares a nombre de la nación, en la especialidad que tuvieran. A Jaime Guardia le tocó este honor. Sin embargo, hasta la fecha, dichos títulos no han sido entregados. Otra burla más al artista nacional.

Hoy, con 59 años cumplidos, Jaime Guardia Neyra sigue difundiendo la música de su querida Pauza Ayacucho. Sean estas líneas un homenaje hacia usted, maestro, porque creemos que el mejor homenaje que se le hace al artista es en vida y no cuando ha dejado de existir.



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