Estados Unidos y los talibanes han anunciado este viernes un de acuerdo de paz en Afganistán que firmarán el próximo 29 de febrero, siempre y cuando se un periodo de “reducción de la violencia” que comienza esta medianoche y servirá para verificar tanto el nivel de compromiso de estas milicias como su autoridad sobre los soldados afganos en el terreno. El pacto llega tras más de un año de negociaciones en Qatar, con altibajos e interrupciones, y supondrá para la Administración de Donald Trump una victoria política con la que ganar impulso para la reelección en 2020.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, explicó en un comunicado que el acuerdo busca “acabar con la guerra de Afganistán, reducir la presencia de las tropas estadounidenses y aliadas y asegurar que ningún grupo terrorista usa jamás el suelo afgano para amenazar a EE UU o sus aliados”. “Las negociaciones intra-afganas empezarán poco después de este importante paso para dar lugar a un plan completo y permanente de alto al fuego, así como una hoja de ruta política para Afganistán. La única manera de lograr una paz sostenible es que los afganos se pongan de acuerdo en el camino a seguir”, añadió Pompeo.
La guerra de Afganistán se convirtió en una tela de araña para Estados Unidos. El presidente George W. Bush anunció la invasión del país el 7 de octubre de 2001, poco antes de cumplirse un mes de la masacre terrorista del 11-S, tras acusar a los talibanes de dar cobijo a Osama bin Laden y otros cabecillas de Al Qaeda. El conflicto nunca se ha acabado de cerrar y hoy los talibanes controlan más territorio que nunca desde 2011. Trump prometió traer las tropas de vuelta y lleva un año en negociaciones. Estas descarrilaron en septiembre, a raíz de un atentado en Kabul que Washington atribuyó a los talibanes, pero en Acción de Gracias, a finales de noviembre, anunció el reinicio de las conversaciones.
Estas han fructificado, si bien a partir de ahora se abren múltiples interrogantes. No ha trascendido aún, para empezar, quién o quiénes representarán al Gobierno de Kabul en las negociaciones internas de los afganos. La victoria del presidente Ashraf Ghani en las elecciones del pasado septiembre, ratificadas por la Comisión Electoral del país, ha sido denunciada por su inmediato rival, Abdullah Abdullah, y por los talibanes.
Los talibanes y Washington avanzarán además hacia “la liberación de prisioneros” y la “retirada de todas las fuerzas extranjeras”, señala el comunicado. Según los datos de Associated Press, el pacto establece la liberación unos 5.000 talibanes, la mayoría encarcelados en centro del Gobierno afgano, aunque aún no ha habido un acuerdo oficial sobre este punto. En cuanto al repliegue de las tropas, el pasado noviembre, duraqnte su visita por Acción de Gracia, Trump ya confirmó a Ghani su deseo de reducir el número de efectivos de 13.000 a 8.600.