Miles de personas se han congregado desde primeras horas de la mañana en Bagdad para dar el último adiós al general iraní Qasem Soleimani —arquitecto de las intervenciones iraníes en todo Oriente Próximo—; al comandante de la milicia paramilitar iraquí chií Fuerzas de Movilización Popular (FMP), Abu Mahdi al Muhandis, y otros ocho militares de ambos países asesinados el viernes por un dron de Estados Unidos en el aeropuerto de la capital de Irak. En las exequias, caminando junto a la multitud, se ha visto al primer ministro iraquí, Adel Abdul Mahdi, quien ha calificado de “mártires” a los muertos en el ataque estadounidense, que tachó de “violación de la soberanía iraquí”. También han participado el exjefe del Gobierno de Irak, Nuri al Maliki, así como el presidente de las FMP, Falih al Fayad, y Hadi al Amiri, líder de la Organización Bader, uno de los grupos más poderosos de esta coalición de milicias.
El inicio de los funerales se produce mientras la región contiene el aliento a la espera de una respuesta iraní al ataque, cuyo Ejército ha reiterado que prevé una “venganza dura”, aunque sin precipitación.
Enarbolando banderas de los partidos y grupos armados chiíes y vestidos de negro o colores oscuros, los participantes en el funeral han marchado de forma pacífica desde el santuario de Kadhimiya, a lo largo del río Tigris, al grito de “¡venganza!” o “¡muerte a América!”, informa la agencia France Presse. El cortejo que portaba los ataúdes ha entrado luego en la llamada Zona Verde, aunque solo acompañado por los representantes oficiales, mientras la multitud se ha quedado a las puertas de este distrito blindado, donde están las principales instituciones del Gobierno iraquí y la Embajada de EE UU. Ante la legación diplomática norteamericana se registraron violentas manifestaciones en los días previos a la muerte de Soleimani, que derivaron en un asalto al recinto, como respuesta a un bombardeo de Washington contra paramilitares proiraníes. Las protestas se disolvieron el miércoles, por orden de los convocantes, pero Washington acusó a Teherán de estar tras ellas y amenazó con hacerle pagar “un precio muy alto”.
El Parlamento iraquí, que tenía previsto debatir este sábado una resolución para exigir la retirada de las tropas estadounidenses, ha pospuesto un día la sesión para permitir a los diputados asistir a los sepelios. Las tropas estadounidenses que operan en el marco de la coalición internacional en Irak han informado de que revisarán su participación, y la propia coalición ha anunciado que reducirá temporalmente sus actuaciones militares contra el Estado Islámico debido a la situación de seguridad del país, informa la agencia France Presse.
El Ejército iraní, por boca de su portavoz Abolfazi Shekarchi, afirmó que no tomará ninguna decisión precipitada pero que su venganza por el asesinato de Soleimani “se cumplirá” y será “dura”. El funeral del polémico comandante de Al Quds, la fuerza de élite de la Guardia Revolucionaria, se prolongará varios días y su cuerpo será llevado, junto al de Muhandis, a Kerbala y Nayaf, ciudades sagradas para la tradición chií del islam. El cadáver de Soleimani será repatriado el domingo a Irán. En el santuario del imán Reza, en Mashhad (noroeste del país), sus restos mortales serán expuestos durante un día antes de que se le ofrezca una ceremonia de Estado en Teherán, el lunes. Al día siguiente será enterrado en su provincia natal, Kerman, según información de las agencias oficiales iraníes.
IDLIB CELEBRA LA MUERTE DE SOLEIMANI MIENTRAS CIENTOS DE MILES HUYEN DE LOS BOMBARDEOS
A.M.
Uno de los lugares donde la muerte del general iraní Soleimani no ha sido acogida con temor acerca de las consecuencias que pueda traer para la regón, sino con evidente regocijo, es Idlib, la provincia del noroeste de Siria y último bastión de las fuerzas opuestas al régimen de Bachar el Asad, la mayoría de ideología salafista. Además de las manifestaciones de celebración en la capital provincial, en las redes sociales, cuentas vinculadas a la oposición siria y a la Defensa Civil rebelde (los llamados Cascos Blancos) felicitaron a Donald Trump por su acción contra el que consideran arquitecto de las ofensivas del régimen sirio y sus milicias iraníes aliadas. En concreto lo acusan de devastar Alepo y de asediar varias ciudades condenado a sus residentes a la hambruna.
Pero poco que celebrar hay en Idlib, por cuyo flanco sur avanzan las tropas del Ejército regular sirio con apoyo de Rusia e Irán. Este sábado, las fuerzas leales a Asad anunciaron la conquista de la población de Al Tah, a sólo 45 kilómetros del capital provincial de Idlib.
En las últimas semanas, los bombardeos se han multiplicado, en especial en torno a la localidad de Marat al Numan, causando decenas de muertes civiles. Sólo desde el pasado 12 de diciembre, unos 300.000 civiles, de los cuales más de la mitad son menores, han huido del avance gubernamental hacia el norte, según cálculos de la ONU. A esa cifra hay que sumar los 400.000 desplazados entre abril y diciembre tras campañas de bombardeos del régimen sirio y la aviación rusa que dejaron más de 1.300 civiles muertos. La agencia de noticias turca Anadolu informó de que más de 44.000 civiles se han agolpado en la frontera con Turquía escapando de los bombardeos. Sin embargo, los pasos hacia el país vecino están cerrados excepto para evacuar heridos de extrema gravedad.