El poderoso general Qasem Soleimani, comandante de la fuerza de élite Quds de la Guardia Revolucionaria iraní —encargada de operaciones en el exterior—, ha muerto en la madrugada de este viernes en un ataque con drones en el aeropuerto de Bagdad, la capital iraquí, llevado a cabo por el Ejército estadounidense siguiendo órdenes del presidente Donald Trump, según ha confirmado el Pentágono.
Tras el ataque, el líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, prometió una “dura venganza” contra los “criminales” responsables de la operación. El precio del crudo se ha disparado más de un 4% en los mercados ante la perspectiva de una escalada bélica. Israel ha elevado este viernes el estado de alerta de sus Fuerzas Armadas.
Poco antes de la confirmación, la televisión oficial iraquí había anunciado la muerte del general Soleimani, así como la de Abu Mehdi al Muhandis, el número dos del grupo de milicias proiraníes Fuerzas de Movilización Popular (Hashd al Shaabi), “en un bombardeo estadounidense”. Soleimani, arquitecto de la acción iraní en la región, era considerado por muchos expertos como la persona más poderosa de su país después del ayatolá Jamenei. Cinco personas han perdido la vida en el ataque, según la agencia Associated Press, en un lanzamiento de misiles ejecutado con un dron MQ-9 Reaper, según fuentes de Washington citadas por la prensa estadounidense.
El presidente de EE UU se limitó a tuitear, minutos antes de que el Pentágono difundiera un comunicado, una bandera estadounidense sin texto alguno. A primera hora de la mañana, el mandatario ha publicado un tuit en el que asegura que “Irán nunca ha ganado una guerra, pero nunca ha perdido una negociación”.
“Iraquíes bailando en las calles por la libertad; agradecidos de que el general Soleimani ya no esté más”, publicó también en Twitter el secretario de Estado, Mike Pompeo, acompañando un vídeo en el que se ve lo que parece ser gente corriendo por una calle con banderas de Irak.
“El general Soleimani estaba desarrollando activamente planes para atacar a diplomáticos estadounidenses y militares en Irak y por toda la región”, ha afirmado el Pentágono en el comunicado, en el que acusa al general y a sus fuerzas Quds de “la muerte de cientos de estadounidenses y miembros de la coalición” y de “herir a miles más”.
Soleimani era el encargado de las operaciones fuera de Irán de los Guardianes de la Revolución y ha estado presente sobre el terreno en Siria y en Irak supervisando a las milicias respaldadas por Teherán en ambos países árabes.
El ataque hace temer represalias de Teherán y redobla la ya alta tensión con Washington en Irak, donde el pasado martes decenas de manifestantes proiraníes atacaron la Embajada estadounidense. La multitud rompió el muro exterior al grito de “¡Muerte a Estados Unidos!”, en respuesta a la ofensiva llevada a cabo por las fuerzas norteamericanas el pasado domingo, que dejó al menos 25 muertos en cinco bombardeos en la frontera entre Irak y Siria contra posiciones de las brigadas de Hezbolá, en represalia por la muerte de un contratista de EE UU el pasado viernes, en otro ataque del que Washington acusa a la milicia proiraní. Este viernes, la Embajada estadounidense en Bagdad ha recomendado a sus ciudadanos “salir inmediatamente” del país. El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, ha denunciado la muerte de Soleimani como una “agresión” estadounidense.
En un comunicado publicado por medios oficiales iraníes, la máxima autoridad del país, el ayatolá Ali Jamenei, culpó a la “gente más cruel de la tierra” del asesinato del “honorable” comandante que “luchó valientemente durante años contra los males y los bandidos del mundo”. “Su fallecimiento no detendrá su misión, pero los criminales que han manchado sus manos con la sangre del general Soleimani y de otros mártires deben esperar una dura venganza”, agregó el líder, que ha declarado tres días de luto en el país. Irán también ha convocado este viernes a un responsable de la Embajada de Suiza, que representa los intereses de Estados Unidos en Teherán a falta de relaciones diplomáticas entre los dos países.
Soleimani, al que a menudo se ha comparado con Karla, el soviético mentor de espías de las novelas de Le Carré, era considerado uno de los hombres más cercanos del ayatolá Jamenei y el más poderoso dentro de la estructura militar iraní. Según fuentes militares citadas por Associated Press, Soleimani y Mohammed Ridha Jabri, relaciones públicas de las Fuerzas de Movilización Popular, acababan de aterrizar en un avión procedente de Siria o de Líbano. Fueron recibidos por dos vehículos, en uno de los cuales viajaba Al Muhandis, que salió a recibirlos. El ataque, según fuentes militares citadas por The New York Times, se produjo cuando abandonaban el aeropuerto a bordo de los dos vehículos.
Este jueves por la tarde, un día después de que se dispersaran las protestas ante la Embajada en Bagdad, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, advirtió de que sus militares atacarían “preventivamente” a las fuerzas proiraníes en Irak y Siria si detectaban señales de que las milicias planeaban más ataques contra los intereses de Estados Unidos en la región. Horas antes de la acción que mató a Soleimani, se produjo otro ataque con tres misiles en el mismo aeropuerto que no causó muertos ni heridos.
En abril del año pasado, Estados Unidos incluyó en su lista de organizaciones terroristas a la Guardia Revolucionaria iraní, cuya Fuerza Quds dirigía Soleimani. El Pentágono, en el comunicado en el que anunciaba el ataque, asegura que el general abatido “había orquestado ataques en bases de la coalición en Irak en los últimos meses, incluido el del viernes 27 de diciembre”, en referencia a la acción que mató al contratista estadounidense e inició esta nueva espiral de tensiones, que con el ataque de esta madrugada se ha disparado hasta nuevas cotas.