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ALONSO QUIROZ MORRIS

Publicado el 02/01/20

ALONSO QUIROZ MORRISAlonso W. Quiroz (1956 2013) fue un destacado historiador peruano que aplicaba en sus investigaciones la disciplina que aprendió cuando fue competidor de natación, representando al Perú, en las categorías infantil y juvenil. Ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú en 1974 donde lo influenciaron historiadores notables como Franklin Pease, Alberto Flores Galindo y Heraclio Bonilla. Fue ganado para la nueva historia económica y elaboró una brillante monografía de bachiller en 1980 titulada ‘La consolidación de la deuda interna peruana, 1850–1858,’ que analizaba el pago por parte del Estado peruano de la deuda interna que se arrastraba desde el periodo colonial bajo el supuesto que serviría para formar una clase empresarial que invirtiese sus capitales en el país. Su interés era examinar si era verdad que durante el boom exportador del guano los gastos estatales habían sido un derroche por parte de las elites como la historiografía sugería. Su conclusión fue que funcionarios estatales corruptos habían impedido que se formara un mercado de capitales.

Fue uno de los primeros peruanos en abrir una senda de estudios doctorales en Estados Unidos; cuando aún buena parte de los intelectuales peruanos aún consideraban París la meca de los estudios de doctorado. Postuló al Departamento de Historia de la Universidad de Columbia donde el profesor Herbert S. Klein que le ofreció una beca de maestría y doctorado. Posteriormente, Alfonso y el profesor Klein serían claves en la formación de varios historiadores peruanos en esa universidad. En Columbia, Alfonso prestó atención a los cursos de historia latinoamericana moderna, historia económica y al novísimo curso de historia cuantitativa. Asimismo, aprendió más sobre el quehacer histórico; que un buen historiador estudia problemas nuevos, conoce toda la literatura escrita sobre el tema, trabaja en distintos archivos y propone una nueva interpretación. Un profesor de historia colonial latinoamericana que también dejaría una huella fue Kenneth Maxwell de quien aprendió la obligación de combinar la profundidad con la claridad en la mejor narrativa posible. Su tesis de maestría, presentada en 1982, trató sobre las actividades comerciales y financieras de la casa Grace durante y después de la guerra entre el Perú y Chile (1879–1884). Utilizando un acervo documental novedoso que se encontraba en Columbia estudió al inmigrante irlandés, W. R. Grace, que vino al Perú de mediados del siglo XIX, se hizo rico con el guano, y regresó con cierta fortuna a Estados Unidos y Europa para formar una corporación que fue clave en la recuperación económica del país. Posteriormente este trabajo fue publicado en la mejor revista de historia del Perú: ‘Las actividades comerciales y financieras de la casa Grace y la Guerra del Pacífico, 1879–1890’ (Histórica 7: 2 (1983):

Gracias a una beca del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Columbia pasó un verano en el Archivo de Sevilla (la meca de historiadores coloniales) estudiando las actividades de comerciantes y financistas limeños coloniales. En aquella y posteriores visitas que realizara a los archivos españoles, y peruanos, pudo elaborar varios artículos como ‘La expropiación inquisitorial de cristianos nuevos portugueses en Los Reyes, Cartagena y México, 1635–1649’ (Histórica 10: 2 (1986): 237–303) y un libro claro y profundo de la historia económica durante un periodo de transición, Deudas olvidadas: instrumentos de crédito en la economía colonial peruana 1750–1820 (Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, 1993) donde lidia con éxito con el enrevesado asunto del crédito colonial y la pesada herencia para la joven república inaugurada en 1821. Desde entonces pudo transitar con facilidad entre los periodos colonial y moderno; generalmente separados en la formación del historiador latinoamericanista.

Su tesis de doctorado, ‘Financial institutions in Peruvian export economy and society, 1884–1930’ (1986), fue elaborada gracias a una beca del Social Science Research Council y fue la base de varios libros: Banqueros en conflicto: estructura financiera y economía peruana, 1884–1930 (que tuvo dos ediciones en español, 1989 y 1990), y la versión ampliada en inglés de 1993: Domestic and Foreign Finance in Modern Peru, 1850–1950: Financing Visions of Development. Estos trabajos lo ubicaron como la autoridad en la historia financiera peruana y una de los historiadores económicos más importantes de América Latina. Poco después de haberse graduado ganó un concurso para ser profesor asistente de historia de América Latina en Baruch College (adonde fue promovido hasta ser profesor principal en 1994; así como miembro del Graduate Center del City University of New York [CUNY]). Aunque nunca perdió el contacto con el Perú, sus principales contribuciones las realizó desde Nueva York y desde los archivos de Madrid que conocía como pocos.

Las tres grandes contribuciones historiográficas de Alfonso Quiroz fueron la historia financiera peruana, la historia de la corrupción estatal peruana y la historia de Cuba antes de la revolución de 1959. En su libro de 1993 cuestionaba las interpretaciones derivadas de la Teoría de la Dependencia y del libro de Geoffrey Bertram y Rosemary Thorp, Peru 1890–1977: Growth and Policy in an Open Economy (1978), que argumentaba que la característica peruana en la región era precisamente la dependencia de factores externos. Según Quiroz, había existido alguna autonomía de los actores financieros locales y argumentaba, en contra de muchos historiadores, que el crecimiento de las exportaciones de materias primas (1884–1930) había sido dinámico y positivo para la recuperación del país después de la Guerra con Chile. Asimismo, que las elites comerciales, financieras, de seguros e industriales habían actuado racionalmente e imaginativamente aprovechando al máximo las posibilidades de políticas estatales liberales limitadas; modernizando al país. Según Alfonso, fue el intervencionismo del Estado, en última instancia, el que no había permitido que estas iniciativas se profundicen, y creen oportunidades igualitarias para todas las regiones.

Su último libro, Corrupt Circles: A History of Unbound Graft in Peru (Washington, D.C., and Baltimore: Woodrow Wilson Center Press and Johns Hopkins University Press, 2008), recibió el Abraham J. Briloff Prize in Ethics y el President’s Excellence Award for Scholarship de Baruch College en 2009. Hasta hace poco estuvo revisando las pruebas en español de este estudio que acaba de publicar el Instituto de Estudios Peruanos en este año 2013. Su principal argumento era que el manejo corrupto de la economía peruana había dejado una profunda huella en sectores estratégicos, retrasando el desarrollo. Realizó una minuciosa revisión que empezaba a fines del periodo colonial, señalando como el contrabando y la corrupción magnificaban los problemas de la minería colonial y dejaron una difícil herencia a la joven república. En el periodo del guano, funcionarios estatales agobiados por deudas del Estado y ambiciosos de hacer una fortuna rápida crearon un sistema de sobornos a empresarios extranjeros. Durante el siglo XX, la corrupción fue común en los régimenes militares y estuvo asociada a la compra de armamentos, pero también infiltró la precaria democracia de los ochenta. El libro de Alfonso sugiere un patrón de corrupción que llegó a un zénit con los abusos del poder y la violación de los derechos humanos durante el régimen de Fujimori y Montesinos. Uno de sus argumentos es que puede explicarse alrededor de la mitad de la falta de crecimiento del Perú por la corrupción. Para demostrarlo, Alfonso elaboró sofisticadas estadísticas y comparó los índices económicos del Perú con otros países. Quería también reinterpretar la historia del Perú partiendo de uno de sus principales problemas y contribuir a la historia económica institucional combinando datos cuantitativos y cualitativos.

Su trabajo sobre Cuba en parte derivó de ser curador de muestras sobre la Guerra hispano-americana de 1898. La primera fue realizada en la New York Public Library y se llamó ‘A War in Perspective, 1898–1998: Public Appeals, Spanish-American Conflict’; la segunda se exhibió en el New York Historical Society, bajo el título ‘Militant Metropolis: New York City and the Spanish-American War, 1898.’ Fue autor de trabajos pioneros sobre la historia de la educación, la corrupción y las finanzas en Cuba y co-editor de libros sobre José Martí y Fernando Ortiz, el ensayista y político al que se le atribuye acuñar el concepto de transculturación.Quiroz portada

Publicó artículos en las mejores revistas de historia y ciencias sociales como: Apuntes, Historica, Journal of Latin American Studies, The Americas, Revista de Indias, e Hispanic American Historical Review, y editó publicaciones periódicas como el Colonial Latin American Review (miembro del grupo fundador de esta publicación). En esta revista organizó números especiales entre los cuales se encuentran temas lejanos a la historia económica y que demuestran su amplitud de criterio, por ejemplo, ‘The Power of Images: Visual Representations in New Spain and Peru’ (2008). Fue investigador o profesor visitante de la Universidad de Oxford, del Bowdoin College en Maine, de la Universidad Libre de Berlín, de la Universidad de Alcalá, y del Woodrow Wilson International Center for Scholars. Entre las instituciones que apoyaron sus investigaciones estuvieron el Rockefeller Archive Center, el Banco de España, la fundación Fullbright, la Fundación Humboldt, la American Philosophical Society, y el Banco Mundial. Dejó pendiente un proyecto sobre los debates constitucionales en el mundo hispano que estaba desarrollando gracias al apoyo de la John Simon Guggenheim Memorial Foundation.

Las contribuciones de Alfonso Quiroz fueron importantes no solo por presentar documentos e ideas originales sino que además permiten comprender mejor al Perú contemporáneo y los problemas internos que enfrentan los países en desarrollo. Para los historiadores deja el legado de una habilidad especial de combinar ideas nuevas con un incansable esfuerzo por combinar fuentes distintas y hacer de la investigación y la escritura de la historia una pasión permanente.
 
Marcos Cueto


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