El 26 de abril Chile decidirá si quiere seguir con la Constitución de Augusto Pinochet (o lo queda de ésta) o no. En caso de rechazarla, como todos los sondeos anticipan, los chilenos deberán elegir qué fórmula a seguir para la redacción de una nueva que sepulte la actual que data de 1980. Las opciones son una Asamblea Constituyente o una mixta que incorpore a la mitad de los actuales diputados.
Con esta reforma, histórica, Sebastián Piñera confía en que, definitivamente, finalicen los disturbios que arrancaron el 18 de octubre y dejaron, en estos dos meses largos, un saldo de 24 muertos y miles de heridos.
Las preguntas serán dos. «¿Quiere usted una nueva Constitución? Y, en caso afirmativo, «¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución?»
El plebiscito se hizo posible mediante reforma de la Carta Magna en el Congreso. La madrugada del jueves los diputados introdujeron una modificación en el capítulo XV de tal modo que, a partir de ahora, se permite la celebración de referéndum y consultas populares, extremos que no estaban contemplados en la Ley de leyes redactada durante la dictadura de Pinochet (1973-90), la más prolongada en el cono sur durante los años 70. En total, se registraron 38 votos a favor y tres en contra. El Senado ratificó las modificaciones aprobadas en el Congreso pero quedan pendiente tres proyectos de ley vinculados. Este paquete es fruto de las movilizaciones feministas, con enormes bríos en las últimas semanas. Estos colectivos presionaron en Valparaíso, donde se encuentra el Congreso, con manifestaciones dentro y fuera del hemiciclo. Sus protestas fueron atendidas por un grupo de diputadas y diputados de diferentes partidos. Entre otros, del oficialista Renovación Nacional (RN) que accedieron a la propuesta de incorporar la paridad de género, presencia proporcional de indígenas y representación de independientes en la redacción del nuevo texto constitucional.
Triunfo histórico
«Es un triunfo histórico e importante de la democracia chilena», celebró el presidente del Senado, Jaime Quintana y miembro del Partido Por la Democracia (PPD), formación de izquierdas.
«Luego de 40 años se abre camino a una nueva Constitución hecha en democracia… El pueblo se manifiesta en las calles y se ha manifestado por una nueva» Carta Magna, celebró la hija del expresidente Salvador Allende y senadora Isabel Allende.
«Luego de 40 años se abre camino a una nueva Constitución hecha en democracia… El pueblo se manifiesta en las calles y se ha manifestado por una nueva», celebró la hija del expresidente Salvador Allende
Las presiones para poner punto y final a la Constitución de Pinochet tienen más que ver con el simbolismo de haber sido elaborada en dictadura que con el contenido ya que sufrió unas doscientas modificaciones a lo largo de estos años. El pasado fin de semana más de dos centenares de municipios realizaron una consulta (similar a la que se formalizará en abril), no vinculante, en la que votaron dos millones largos de chilenos. El resultado fue de un 92 por ciento a favor de una nueva Constitución. El 71 por ciento eligió la fórmula de una Asamblea Constituyente con la totalidad de sus miembros elegidos en las urnas. Esta modalidad no es del agrado de los partidos tradicionales que consideran que elaborar una Carta Magna en caliente, a partir de cero, puede traducirse en un texto insostenible.
Asumido que el sí triunfará en el plebiscito de abril, la hoja de ruta contempla que en octubre del próximo año se vote a los constituyentes -de una u otra fórmula- en una convocatoria en simultáneo con las elecciones regionales y municipales. El texto final se someterá a la voluntad popular en sufragio universal y obligatorio para los mayores de edad.
«Es muy importante que se haya abierto el proceso constitucional con dos opciones que son igualmente legítimas», observó el senador conservador Andrés Allamand. La decisión de someter a la voluntad popular la reforma constitucional es fruto de una acuerdo, en noviembre, de todo el arco parlamentario a excepción del Partido Comunista. No obstante, Juan Ignacio Latorre, del izquierdista Revolución Democrática, declaró a Efe: «La campaña la vamos a comenzar hoy mismo. Aquí van a haber fuerzas de la derecha para que ese plebiscito fracase».
200 modificaciones
La Constitución de la dictadura sufrió cerca de doscientas modificaciones. Una de las reformas más simbólicos se produjo durante el 2005, el Gobierno del socialista Ricardo Lagos, anuló la figura de los senadores vitalicios, designados y la inamovilidad de los comandantes en jefe. Pinochet, entonces, se vio privado de su escaño.