Brasil reconoció este jueves a 21.432 venezolanos como refugiados, una cifra inédita que supone el doble de las personas a las que se ha concedido asilo desde 1997. La regularización de tantos ciudadanos venezolanos en un solo día es consecuencia de la reciente decisión del Gobierno de Jair Bolsonaro de asumir oficialmente “la grave y generalizada violación de derechos humanos en Venezuela”, lo que da base legal para reconocer que estas personas que huyeron de su patria merecen protección internacional. Brasil había dado asilo a algo más de 11.000 venezolanos desde que comenzó la serie histórica hace poco más de dos décadas. Bolsonaro fue uno de los primeros en reconocer a Juan Guaidó como presidente interino y es uno de las voces más insistentes en que Nicolás Maduro debe abandonar el poder.
Esas 21.000 personas suponen una gota en un éxodo que asciende a 4,5 millones de venezolanos sin ningún viso de amainar porque la situación política está totalmente estancada y las condiciones económicas siguen empeorando. Pero la decisión brasileña destaca en un momento en que los Gobiernos de la región están endureciendo las condiciones para recibir a los que han tenido que abandonar sus hogares. Brasil no está entre los países que más venezolanos han acogido desde que empezó la crisis político-económico-social. Colombia es el país con más desplazados (1,5 millones), seguido de Perú (860.000), Chile (371.000) y Ecuador (330.000).
Un segundo factor permitió a las autoridades brasileñas aligerar el trámite, según ha explicado el Comité Nacional para los Refugiados. Como prácticamente todos los venezolanos son registrados nada más entrar a Brasil por el único puesto fronterizo que comparten, las autoridades cruzaron la información de varias bases de datos del Ministerio de Justicia y de la Policía Federal, incluidos antecedentes criminales, para trazar un perfil que permitiera agrupar peticiones similares. Es por eso que la decisión, una vez adoptada, pudo ser aplicada a miles de venezolanos.
Desde la perspectiva brasileña, este éxodo desde el país vecino supone un desafío no tanto por su número sino porque prácticamente todos entran a pie por la única frontera común en el muy poco poblado y muy pobre Estado de Roraima. Por eso las autoridades se esfuerzan por repartirlos por el resto del territorio. Los responsables de gestionar las peticiones de asilo que recibe Brasil pretenden resolver a corto plazo la mitad de las decenas de miles de solicitudes que tiene pendientes, de venezolanos y de otros países.
Las proyecciones de la ONU indican que a este ritmo, Venezuela va a superar el año próximo a Siria como el principal país del que huye la población y eso que el sudamericano no está en guerra y posee las mayores reservas de petróleo del mundo. Unos 650.000 venezolanos están pendientes de que Gobiernos de todo el mundo resuelvan sus peticiones de asilo. Perú tiene sobre la mesa más de la mitad de esas peticiones, le siguen Brasil y Estados Unidos, con un 15%, y España, con un 8%, es decir, 58.000 solicitudes, según el Alto Comisionados de la ONU para los refugiados.
En cuanto la situación socioeconómica se agravó en Venezuela, distintos países de Latinoamérica abrieron o reforzaron canales para acoger a los que huían de la brutal situación socioeconómica. En Colombia casi 680.000 venezolanos han obtenido permiso de residencia, seguido de Perú (más de medio millón) y Chile (325.000).