Al menos 90 personas han muerto y decenas han resultado heridas este sábado por la explosión de un coche bomba en un puesto de control de carretera en Mogadiscio, en la concurrida intersección que conecta la capital de Somalia con la localidad de Afgoye, según fuentes médicas. Esta cifra de víctimas mortales es sin embargo provisional, señaló el médico Yahye Ismail, pues solo tiene en cuenta los muertos en los hospitales Erdogan y Maddina, desde donde se urge a la población a que acuda a donar sangre. “Se ha pedido a otros pacientes, familiares e incluso a médicos, enfermeras y personal del hospital que donen sangre con urgencia para ayudar a las víctimas. La situación es mala”, dijo Ismail a Efe.
El atentado aún no ha sido reivindicado y según el diputado somalí Abdirizak Mohamed, el número de muertos podría ascender a 94, entre los que habría cuatro extranjeros, 73 civiles y 17 policías, ha explicado en su cuenta de Twitter. Entre los muertos hay dos ingenieros de nacionalidad turca, quienes en el momento de la explosión realizaban obras en esta carretera que une Mogadiscio con Afgoye, y varios estudiantes universitarios que se encontraban dentro de un minibús que atravesaba el cruce. El atentado tuvo lugar a las ocho de la mañana, hora local (las seis de la mañana en Madrid), cuando un presunto suicida hizo estallar su vehículo cerca de una oficina de impuestos en un puesto de control en cuyos alrededores había coches patrulla, estudiantes y vendedores de qat (estimulante vegetal).
Los equipos de emergencia ya están en la zona afectada, según reportan medios locales, y todavía ningún grupo terrorista ha reclamado la autoría de este suceso, si bien el grupo yihadista Al Shabab se había manifestado en contra de la edificación de esta carretera. Mogadiscio sufre a menudo atentados de Al Shabab, organización terrorista que se afilió en 2012 a la red internacional Al Qaeda y que controla parte del centro y el sur de Somalia, donde aspira a instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador). Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin Gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.