Convertido en símbolo de la guerra fría, el Muro de Berlín cayó hacia las 23 horas del 9 de noviembre de 1989, hace ahora 30 años. Todo un obstáculo fortificado y temible, erigido por la Alemania comunista en 1961 para impedir a sus ciudadanos el libre tránsito hacia el mundo occidental, cesó en su ominosa función. El muro medía 155 kilómetros: 43 dividiendo la ciudad, y 112 entre Berlín Oeste y el resto de la RDA.
Alemania cumple 30 años de la caída del Muro de Berlín este sábado (09.11.2019) y celebrará con una serie de eventos dedicados a uno de los momentos más determinantes de la historia europea moderna.
La caída del controvertido muro el 9 de noviembre de 1989 fue seguido de un levantamiento pacífico y popular en toda Alemania Oriental comunista inspirado en movimientos entre las naciones de Europa Central, controlada por los soviéticos, para separarse de Moscú y avanzar hacia las democracias de estilo occidental.
“Los valores fundadores de Europa (…) deben ser siempre defendidos. En el futuro hay que comprometerse con la democracia, la libertad, los derechos humanos y la tolerancia”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel, en la capilla de la Reconciliación, uno de los lugares históricos y emblemáticos de Berlín, que representa la división que vivió la ciudad tras la edificación del Muro.
“El Muro de Berlín pertenece a la historia y nos enseña que ningún muro que deja fuera a la gente y restringe la libertad es tan alto o tan largo que no pueda franquearse”, agregó la canciller, oriunda del Este alemán, que inició su carrera política tras la caída de la Cortina de Hierro.
Merkel depositó una rosa en el lugar donde se alzó el Muro, acompañada por los presidentes de Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia, países que se prepararon durante mucho tiempo para la caída del muro y que son a menudo acusados de no respetar plenamente las reglas del Estado de derecho.
Cerca de 200 eventos conmemorativos
La semana pasada se realizaron alrededor de 200 eventos solo en Berlín, incluso en las iglesias donde se reunieron miembros de la resistencia a los gobernantes comunistas de Alemania Oriental y en edificios que alguna vez formaron parte del temido servicio de seguridad del régimen, la Stasi.