Turquía ha lanzado este miércoles una ofensiva militar sobre la milicia kurda en el norte de Siria —días después de que las tropas de Estados Unidos se retiraran de la zona— con ataques aéreos apoyados por artillería contra posiciones cercanas a la localidad fronteriza de Ras al Ain.
A las cuatro de la tarde, hora turca (15.00 en la España peninsular), el Ejército de Turquía recibió la orden de ataque y sus aviones comenzaron a bombardear objetivos de las milicias kurdas. “Las Fuerzas Armadas Turcas, junto con el Ejército Nacional Sirio [rebeldes anteriormente vinculados al Ejército Libre Sirio] lanzaron la Operación Manantial de Paz contra los terroristas del PKK-YPG y el Daesh [Estado Islámico] en el norte de Siria”, anunció el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en un mensaje de Twitter.
Los cazas turcos bombardearon las poblaciones de Ras al Ain, Tal Abyad y Qamishlo, situadas justo frente a la frontera turco-siria, y las televisiones turcas mostraron imágenes de columnas de humo elevándose sobre ellas. Los ataques aéreos fueron apoyados por bombardeos de artillería. Según Turquía, los objetivos son bases militares, posiciones de artillería y depósitos de armas de las Unidades de Protección Popular (YPG) y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), las fuerzas militares de los kurdos de Siria a las que Ankara acusa de terroristas por sus estrechos vínculos con el PKK, grupo armado que atenta en Turquía desde 1983.
Pero en muchos casos, estos objetivos de las FDS se hallan en medio de ciudades. Según aseguró una fuente humanitaria kurda a El País, en la aldea de Hoshan 7 civiles murieron y otros 16 resultaron heridos y fueron evacuados al hospital de Ain Issa. “Están bombardeando y los civiles están huyendo de Ras al Ain”, confirmó, por WhatsApp, el español Joan García, actualmente voluntario en el Centro de Información de Rojava. Poco antes, cerca de un millar de personas se habían congregado en la localidad para acampar y formar un “escudo humano” para protestar contra la ofensiva turca.
Los bombardeos han provocado el pánico entre los civiles y los vecinos de las localidades fronterizas están huyendo “hacia el interior o hacia Hasaka, porque allí hay tropas [del Ejército] regular sirio”, explicó por teléfono un empleado de la ONU que pidió el anonimato. Esta fuente también apuntó que el organismo internacional les ha avisado de que el personal de Naciones Unidas será replegado en caso de ataque aéreo y, por tanto, “no se podrá mantener la distribución de ayuda”. En esta región habitan cerca de seis millones de civiles, de los cuales más de 1,6 millones necesitan asistencia humanitaria y 650.000 son desplazados de otras regiones sirias, según informaciones de la ONG Save The Children.
Por otro lado, al menos media docena de proyectiles lanzados desde Siria cayeron en las localidades turcas de Nusaybin y Ceylanpinar, algunos en zonas residenciales, aunque no se registraron heridos.
El profesor de Relaciones Internacionales y experto en tácticas de aviación militar Ragip Kutay Karaca explicó en declaraciones a la cadena CNN-Türk que este esta primera fase de ataques aéreos y de artillería están destinados a “ablandar” la eventual resistencia de las milicias kurdas, en anticipación de una invasión terrestre. Cientos de tanques y blindados del Ejército turco esperan en diversos puntos de la frontera la orden de penetrar en territorio sirio. Las fuerzas de infantería las aportará el llamado Ejército Nacional Sirio, nuevas siglas bajo las que se han agrupado una serie de facciones de los rebeldes sirios afines a Ankara.
Se prevé que el ataque terrestre se produzca en el territorio que se extiende entre las localidades de Tel Abyad y Ras al Ayn, puesto que la zona más plana de la frontera y hay más población árabe, que se cree más favorable a las políticas turcas que la población kurda.
Un miembro de la Media Luna Roja Kurda de Siria explicó a este diario que su organización ha hecho los preparativos necesarios para atender a los heridos civiles y militares y dispone de ambulancias que están siendo enviadas a la zona de conflicto. “El estado de ánimo de la gente es todavía de sorpresa por la decisión de Estados Unidos de retirarse. Pero la gente confía en las FDS”, explicó, aunque reconoció que “si Turquía utiliza ataques aéreos, será muy difícil resistir incluso utilizando los túneles” que en los últimos meses han cavado las milicias kurdas. El lunes, la Coalición Internacional de Lucha contra el Estado Islámico anunció que se había expulsado a Turquía del mecanismo por el que se comparte información aérea.
“Nuestra misión es prevenir la creación de un corredor terrorista a lo largo de nuestra frontera sur y llevar la paz a la zona”, dijo Erdogan en su tuit: “La Operación Manantial de Paz neutralizará las amenazas terroristas contra Turquía y llevará al establecimiento de una zona segura, que facilitará el retorno de los refugiados sirios a sus hogares. Preservaremos la integridad territorial de Siria y liberaremos a las comunidades locales de los terroristas”.
En la noche del lunes al martes, Turquía ya había bombardeado la parte más septentrional de la frontera sirio-iraquí para “cortar las líneas de suministro, incluidas las de armamento” de las milicias kurdas entre Irak y Siria, según explicaron entonces dos fuentes de seguridad a la agencia Reuters.
Turquía ha convocado al embajador estadounidense en Ankara en el Ministerio de Asuntos Exteriores para informarle sobre la operación, después de que Washington ordenase el lunes retirar de la zona fronteriza a los militares que tenía desplegados para evitar choques entre las fuerzas turcas y kurdas. Posteriormente, la Casa Blanca y el Pentágono matizaron que esta medida estaba destinada únicamente a evitar que los militares estadounidenses se viesen en medio del fuego cruzado y que, en ningún modo significa una luz verde a Turquía para que ataque a las milicias kurdas, que han sido el principal aliado de Estados Unidos en la lucha contra el Estado Islámico.
Ankara ha asegurado que explicará a sus aliados y a los países de la región los motivos y planes de la operación convocando a sus representantes diplomáticos. Rusia no se involucrará en el conflicto tras el lanzamiento de la operación, ha señalado Vladimir Dzhabarov, vicepresidente del comité parlamentario de Asuntos Exteriores, citado por la agencia RIA.
Al sur de la zona atacada por Turquía, el Gobierno de Bachar el Asad toma posiciones a la espera de ver cómo se desarrollan los acontecimientos. “Cientos de soldados han sido enviados a la rivera occidental del Éufrates para reforzar las posiciones del Ejército sirio en la provincia de Deir Ezzor”, apuntó una fuente militar desde Damasco.
FUENTE: EL PAÍS