El consumo de café a nivel mundial va aumentando en los últimos años. Solo entre 2012 y 2017, el consumo y la producción cafetera aumentaron en un 2% anual. Así, según un estudio del World Coffee Research, este crecimiento haría que, para 2050, se necesitan 300 millones de sacos de café para cubrir la demanda mundial, lo que significaría que la producción mundial de café debe triplicarse. No obstante, el actual aumento de las temperaturas reduce las áreas disponibles para la producción de café, por lo que se debe reformular la producción actual para así obtener un suministro perenne de la bebida.
En el Perú, el 85% de la producción de café viene de pequeños agricultores y está identificada como una de las mayores causas de deforestación a nivel nacional. Sin embargo, la solución está en reformular los procesos de producción y sumarlos a una economía circular.
En este contexto, la organización internacional sin fines de lucro, Solidaridad, quien viene trabajando hace 50 años por modelos de gestión sostenibles y resilientes junto a los actores de las cadenas de valor de distintos commodities, presentará el proyecto Café Circular, que capacitará a cerca de 1,600 a caficultores en sistemas de producción de café, basándose en un modelo de caficultura climáticamente inteligente.
Es bajo este enfoque que un consorcio de partners representantes de cada proceso clave en la cadena de valor del café, trabajarán juntos para crear un modelo circular. El consorcio, incluye a JDE, OLAM AGRO Perú, la Asociación de Pequeños Productores de San Martín, Cuencas del Huallaga y a SERFOR. Este consorcio, piloteará la primera cadena de cadena de valor circular entre Países Bajos y Perú. El proyecto, prioriza los principales problemas presentados en el cultivo de café donde las comunidades vulnerables están en mayor riesgo, mejorando la gestión de externalidades presentados en la producción, la gestión de residuos de café desde las cafeterías, la falta de inversiones para gestionar las externalidades a nivel de finca y la falta de transparencia a lo largo de la cadena para promover colaboración en propuestas de valor y otras ineficiencias en la cadena.
Uno de los principales recursos desperdiciados es el agua. Esta, es utilizada principalmente para limpiar y separar la pulpa del café, empleando alrededor de 50 litros de agua por kilo de café pergamino. En este caso, el modelo técnico, impartido por Solidaridad, facilita el acceso a nuevas tecnologías y capacita a los caficultores en su uso, permitiendo que se reduzca en 80% la cantidad de agua utilizada. Asimismo, los capacitan para utilizar el remanente para la elaboración de diversos productos, tales como el compost, bioles y otras formas de re aprovechamiento de estos subproductos.
Otro caso es el de la cáscara seca o pergamino que recubre a la semilla, que actualmente es vendida en polvo para ser utilizada como combustible, con la finalidad de fabricar diversos productos, como ladrillos. Sin embargo, Solidaridad plantea que este polvo sea compactado y se ofrezca así a las compañías. Así, el producto puede utilizarse por más tiempo y le daría un mayor valor agregado, permitiéndole al caficultor ofrecerlo a un mayor precio, aumentando sus ingresos.
Solidaridad, al trabajar con toda la cadena de valor, no se reduce a capacitar exclusivamente a los caficultores, sino también a los importadores y exportadores que busquen llevar el café peruano a distintas partes del mundo. En ese sentido, las empresas encargadas del empaquetamiento y distribución del café deben ser partícipes de este proyecto. Es por ello, que algunas de las multinacionales que compran café peruano, están reciclando el café usado en las cafeterías para fabricar paneles aglomerados para fabricación de casa de bajo costo en zonas marginales.
Actualmente, son pocas las iniciativas que buscan desarrollar una economía circular con agrocommodities tan relevantes como el café. Así, además de potenciar la cadena de valor del café en el Perú y de mejorar la calidad de vida de los caficultores, Café Circular busca evidenciar que el modelo de economía circular en el Perú es viable y que puede replicarse no solo a pequeña, sino a mediana y gran escala.