Trasladó a las tropas peruanas que defendieron al Perú en la Batalla de Arica
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Locomotora a Vapor N° 3 de la ciudad de Tacna, dado el importante valor histórico y tecnológico que posee al formar parte de la historia ferroviaria peruana; por trasladar a las tropas peruanas que combatieron en la Batalla de Arica, y por testimoniar el progreso tecnológico en los medios de transporte del Siglo XIX.
Mediante una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, se refiere que este vehículo forma parte de la historia ferroviaria peruana, iniciada en el gobierno de Ramón Castilla a mediados del siglo XIX e impulsada durante el gobierno de José Balta, periodo en el que se construyen la mayor cantidad de líneas férreas y se proyecta el estudio de otras.
Su datación, para el último tercio del siglo XIX, la contextualiza en el periodo del auge constructor ferroviario desarrollado en el país entre 1868 y 1876. Este proceso se encuentra relacionado a la firma del Contrato Dreyfus que supuso para el Estado peruano empréstitos con dicha casa de contratación, destinados en gran medida a la construcción de vías férreas.
En aquella época, cuando gobernaba el presidente José Balta, el Perú se encontraba interesado en ingresar a un proceso de modernización que contemplaba la construcción de estas vías, como ya se había dado en Europa durante el primer tercio del siglo XIX, sobre todo en Alemania, Gran Bretaña y Austria, y más adelante Estados Unidos. Estos países se convierten en los importadores de locomotoras por excelencia en Sudamérica, como se evidencia en la identificación del fabricante de la locomotora en cuestión, Hawthron, una empresa inglesa.
Valor histórico
De manera específica, el valor histórico de esta locomotora a vapor se enriquece por su estrecha relación de contexto con el inmueble del cual proviene y para el que fue encargada: la Estación Ferroviaria Tacna-Arica, declarada Monumento Histórico, fue construida en 1856, durante el gobierno de Ramón Castilla.
Pese a que, actualmente no se ubica en las instalaciones de la Estación Ferroviaria Tacna-Arica, dado que fue trasladada al parque La Locomotora en el año de 1977, podemos resaltar que esta Locomotora a vapor N° 3 prestó servició a la segunda línea férrea más antigua en el Perú, hasta 1940 en que cayó en desuso.
Valor tecnológico
La Locomotora a Vapor N° 3 posee, a su vez, valor tecnológico dado que estructuralmente se identifican todas las características propias de una locomotora de tracción a vapor del último tercio del siglo XIX, del tipo 2-2-0 (dos ejes motores unidos por bielas y dos ejes motores delanteros libres de menor dimensión) de vía ancha.
Presenta trompa de rejillas, faro fijo sobre la puerta de la caja de humos, chimenea, domo al exterior de la caldera y silbato. Asimismo, marquesina abierta con caja de fuegos, sistema de freno manual, válvulas de control de vapor, y un tender posterior de alta capacidad y forma convencional con dos bogies y muela de enganche. El modelo está basado en la locomotora a vapor “Júpiter”, construida en 1868, siendo una American Standard, bastante popular en América Latina.
Tecnológicamente, como sistema de funcionamiento, representa por un lado un avance tecnológico en relación a la locomoción mecánica. Por otro lado, en comparación con las locomotoras que emplean diésel, un sistema de funcionamiento en desuso, pero que es símbolo de la dinámica de movimiento de tracción a vapor, característico del siglo XIX y cuyo uso significó un progreso tecnológico que repercutió en la capacidad productora de la industria ferroviaria.
Valor social
A esta locomotora se le otorga también un significado social, dado que se presenta como símbolo de la abnegada lucha y entrega del ejército peruano en la defensa del territorio nacional durante la Guerra del Pacífico, relacionada con el traslado de tropas peruanas comandadas por el coronel Francisco Bolognesi antes de la Batalla de Arica.
La norma lleva la firma del viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Luis Guillermo Cortés Carcelén.