Viernes, 3 de Mayo del 2024 
Luego de la fuerte desaceleración económica que experimentó la capital durante los últimos años –al pasar de crecer 7,7% en el 2010 a 2,1% en el 2017–, el resultado del 2018 (4,6%) significa un giro en la tendencia de crecimiento. Ese cambio en tendencia respondería a una fuerte recuperación de los sectores manufactura y construcción, así como la expansión de los sectores comercio y servicios. Con ello, por primera vez en tres años, la capital creció más que el resto del país.
En el último año, el sector manufactura creció 6,8% en Lima, en contraste con la caída promedio de 0,12% que experimentó entre el 2014 y el 2017. De acuerdo con el INEI, este avance se explica por la mayor elaboración de harina y aceite de pescado, el procesamiento y conservación de carne de ave y porcino, la mayor refinación de zinc y el incremento en la producción de cemento. Respecto a este último producto, el despacho de cemento en la capital creció 2,4% en el 2018, lo cual significaría un quiebre respecto a la tendencia negativa registrada en los tres años previos, período en el que se redujo a un ritmo anual de 3,5%.
El incremento en la producción de cemento está directamente relacionado con el avance del sector construcción (4,0%) en la capital. Ese resultado implica una notable mejora luego de una caída promedio anual de 3,5% entre el 2014 y el 2017. El mayor dinamismo del sector durante el 2018 responde, principalmente, a la inversión en las obras relacionadas a los Juegos Panamericanos 2019 (S/1.195 millones) y el avance de la construcción de la línea 2 del metro de Lima (S/360 millones). Estas obras representaron poco más de un tercio de la inversión pública en infraestructura en Lima. Por otro lado, destaca la inversión privada en proyectos inmobiliarios y la construcción de edificios no residenciales.
Asimismo, los sectores comercio y servicios volvieron a expandirse y crecieron 3,8% en el 2018; una aceleración frente al resultado del 2017 (2,5%). Adicionalmente, las ventas de electricidad en Lima, excluyendo aquellas que corresponden a los sectores minería y manufactura, crecieron 6,1% en el 2018, casi el doble del ritmo de crecimiento promedio entre el 2015 y el 2017.
En general, Lima aportó más de la mitad del crecimiento del país durante el año pasado. El resto de regiones creció 3,4%, lo que significa una ligera aceleración frente al crecimiento 2017 (3,1%). Ese resultado se explica, principalmente, por la fuerte recuperación económica de las regiones de la zona norte (5,2%), luego de superar parcialmente los efectos negativos de El Niño costero en el 2017.
Además, las regiones del oriente crecieron 4,0%, a partir del fuerte crecimiento del sector hidrocarburos en Loreto con la reapertura del Oleoducto Norperuano en el segundo semestre del año. En tanto, las regiones de la zona sur (2,6%) y las del centro (1,3%) han registrado resultados más bajos ante la moderación de la producción cuprífera de Las Bambas, en Apurímac, y la ampliación de Cerro Verde, en Arequipa, así como la menor producción de ese mineral en Junín producto de la necesidad de la expansión del proyecto minero Toromocho.
