Después de semanas de declive, el movimiento de los chalecos amarillos ha tratado este sábado de cobrar un nuevo impulso con una gran manifestación en París en la que se han registrado algunos incidentes violentos. Según un balance divulgado por la policía a media mañana, 31 personas han sido detenidas. En las imágenes difundidas por las televisiones se ve a varios manifestantes tratar de atacar un camión de la gendarmería mientras otros erigían barricadas. Las fuerzas del orden han respondido con gases lacrimógenos y cañones de agua. Además, un grupo de agitadores ha saqueado tiendas de la famosa avenida de los Campos Elíseos de la capital francesa. Otros, muchos de ellos encapuchados y vestidos de negro, han lanzado adoquines a los agentes.
Hacía semanas que no se veían en París escenas de saqueos y enfrentamientos como estas, que recuerdan a las que se registraron en los mismos Campos Elíseos a finales de noviembre y principios de diciembre y cuyas imágenes dieron la vuelta al mundo. Miles de chalecos amarillos se han congregado esta mañana en la emblemática arteria, donde este mediodía aún continuaban ardiendo algunas barricadas. Varios grupos han coreado lemas anticapitalistas y antipoliciales. Otros han atacado tiendas —por ejemplo, de Hugo Boss, Lacoste o Nespresso— y locales como Fouquet’s, un histórico restaurante de cocina clásica francesa.
Los chalecos amarillos han dado un ultimátum al presidente de Francia, Emmanuel Macron, a pesar de las promesas gubernamentales. “Después de esta jornada, al menos para mí, no habrá más manifestaciones. Habrá acciones de verdad, tendremos que proponer bloqueos. Hemos demostrado que sabemos manifestarnos, que no ha funcionado y que no hemos sido escuchados”, ha escrito en redes sociales uno de sus líderes del movimiento, Éric Drouet. Esta es la décimo octava manifestación y los chalecos amarillos la consideraban crucial porque se cumplen cuatro meses de protestas y tiene lugar un día después del final del gran debate nacional, impulsado en enero por Macron para encontrar respuestas con las que atajar la crisis social y política desatada desde mediados de noviembre por este movimiento.
“El gran debate lo que ha sido es una gran broma”, ha dicho a la agencia de noticias Efe Quentin, un participante en la manifestación parisina, de 30 años de edad y llegado expresamente de Nantes, en el oeste del país. Según él, a pesar de las protestas no ha cambiado nada a nivel político, pero “gente de diferentes medios ha aprendido a conocerse en favor de una lucha común”. El llamado Referéndum de Iniciativa Ciudadana (RIC) sigue siendo la principal reivindicación de los chalecos amarillos, que también reclaman la disolución de la Asamblea Nacional y la constitución de una provisional “mientras se reorganiza el sistema”.
La Prefectura de Policía de París ha movilizado este fin de semana 5.000 efectivos, un número superior a los desplegados en protestas anteriores, consciente de que esta jornada era delicada y de que coincide con otra gran marcha organizada en contra del cambio climático. “No hay duda: instan a la violencia y están ahí para sembrar el caos en París. Profesionales del desorden equipados y con máscaras se han infiltrado. Mi consigna a la Prefectura de Policía: responder con la mayor firmeza a esos ataques inadmisibles”, ha escrito en Twitter el ministro del Interior, Christophe Castaner, que ha cifrado entre 7.000 y 8.000 personas el número de manifestantes este sábado en la capital francesa. Según él, 1.500 son ultraviolentos.
Los manifestantes tenían como objetivo acercarse al Elíseo, pero los accesos al Palacio presidencial, igual que a otros puntos considerados “sensibles”, han sido bloqueados. Las fuerzas de seguridad estaban fuertemente movilizadas en la capital en el décimo octavo sábado consecutivo de manifestaciones. El centro de París ha amanecido con estaciones de metro cerradas y escaparates protegidos en previsión de una mayor movilización al cumplirse cuatro meses del inicio de las protestas. “¡Nos desmovilizamos un poco la semana pasada, pero no estamos muertos! Macron, ¡vamos a por ti!”, ha escrito en sus redes sociales Murielle, una chaleco amarillo que participaba en una marcha que salió del noroeste de París, según ha informado France Presse. Varias figuras de este movimiento han invitado en las redes estos días a sus simpatizantes a converger en la capital.
Aunque no está clara bajo qué forma continuarán las protestas después de esta manifestación, chalecos amarillos como Van-Thanh Nguyen, un francés de origen vietnamita que ha participado en 16 de las 18, aseguran que seguirá luchando “hasta que las cosas cambien”. “Macron es una marioneta del sistema”, ha dicho a Efe Nguyen, un parado de 60 años, que ha acudido a la capital desde Seine Saint-Denis, en la región parisina.
El pasado sábado, el Ministerio del Interior cifró los manifestantes en toda Francia en 28.600, de los que unos 3.000 se concentraron en París, el recuento más bajo desde el inicio de las protestas en noviembre.
FUENTE: EL PAÍS