Viernes, 22 de Noviembre del 2024
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JOSÉ TOLA

Publicado el 31/03/19

El artista plástico peruano José Tola nació en Lima el 31 de marzo de 1943. A continuación, la biografía de José Tola escrita por José Tola:

“Abandono el vientre de mi madre en 1943. Lima es más fea. Hace un calor horrible. Aprendo a decir: gugu, ma, concon. Deserción familiar. Regresamos a vivir a la casa del abuelo. Todo me parece inmenso, la gente, las situaciones, los tenedores. Las mucas cuidan la casa, los sapos revientan en el suelo. Bloqueo mental. Vamos a vivir a Los Angeles (Chaclacayo). El tren Lima-La Oroya pasa a ocho metros de donde duermo. Internado en el Winnetka. Intentos de relación con una paranoica. Traslado al Santa Rosa de Chosica, castigo físico y educación, comida y religión. Cambio a la Normal de la Cantuta. Descubro una mina de “oro de tontos” y casi amaso una fortuna. Las Dolly Sisters triunfan en Lima.

Regresamos a Lima. Conquistadores, Diego Ferré, Diagonal, Mendiburu. Colegio Champagnat, mi documentación no concuerda con los requisitos religiosos. Colegio Pestalozzi, alumnado mixto, mala interpretación y expulsión, pierdo el año. Castigo: Ricardo Palma, uniforme kaki, cristina y escudo, micro hasta Orrantia del Mar. Fin de condena 4º y 5º, internado en el San Pablo, Los Angeles, Logaritmos ¿Alquimia o Astrología?

Bella, hermosa, 25 años, casada, tres hijos. Fuga de casa seis meses. Fiebres intestinales, Clínica Americana y vuelvo a casa. Ingreso a Bellas Artes. Reincidente de adulterio. “Usso di Mare”, puertos, prostitutas, souveniers, peces voladores. España, Madrid. Un año de preparación. Victoria de Samotracia, Venus, torsos y todas las mutiladas históricas.

63, ingreso a “La Real Escuela de San Fernando”. Dibujo y composición de ropaje antiguo, liturgia, más mutiladas y dibujo clásico, historia del arte, técnicas antiguas, restauración. Pasan dos años. Óleo: 27 metidos en un salón, 27 cuadros iguales sobre un tema. Fin del 3º año. Huyo a Londres, Beatles, hachís, primer trabajo: lavar enfermos. Regreso a Madrid, Arte, Arte… 4º año, verano, me largo a París. Sartre, Camus y el submundo francés, más drogas, pelo largo, amor libre y existencialismo. Viajo a Londres, recojo fresas, lavo platos, primer pinchazo, más Beatles, Rolling Stones, Bob Dylan. Regreso a Madrid. Ulcera, trigonometría, preparación de pigmentos, fresco, grabado y el pelo más largo. Tres días de cárcel. Puerta del Sol. Rapada oficial. Un reportero americano en Guide Post “… One other figurative painter who attracted my attention recently…” 68 recibo mi título, 5 años de Academia. Vaceo mis tubos de óleo, mato a Utero mi perra y regreso a Lima. Chata y más fea aún. Me encierro en la Avda. Abancay y Grau a pintar y grabar. Se me perfora la úlcera. Sangre RH negativa, grupo A. “Después de la conversación y la cena”, primer premio, concurso San Isidro. Carlos Aitor Castillo (¿?) me critica chabacanamente “… a la presunción bien fundada de compadrería… con uno de los jurados…”, Alberto Dávila “… porque nombres como… todos ellos con una honrosa trayectoria, laureados en el país y el extranjero… creemos que aparezcan pintores inéditos. Esta vez no ha sido así…” Se habla de argollas heridas, cenáculos, cofradías, sindicatos. 70 Carlos Rodríguez Saavedra abre una puerta. Primera exposición individual. Respiro. No leo críticas. Integrante con Tilsa, Szyszlo… Matta, Botero, Guayasamín… de la 1º Exposición de Pintura Contemporánea de los Países del Area Andina.

Se muere mi gato Lucas. Regreso a España, Alemania, Grecia, Turquía, Irán, Afganistán, Pakistán, India, manejando una kombi. Rasca-rasca, mercado negro. Pinto y dibujo. Caravana de hippies carachosos hacia Buda. Burdeles infectos, drogadictos, túnicas y collares. Flower people… ingenuos creyentes. Bendición de Santón = one dollar, foto con bonzo = three dollars. El Ganges tiene una capa de mierda de 5 cm., que purifica. Me voy a los Himalayas. Lo mismo, pero el Yeti no está. Retrocedo ¡Oh Calcuta!, Bombay, Nueva Delhi, todo es lo mismo. Sangro por todas partes, más llagas más rasca-rasca, piojos… parezco el Cristo de Grünewald. ¡Pero por el dios de todos Uds., había visto a Shiva y me había purificado en el Gran Ganges! Barcelona, coagulantes, desparasitación (epidérmica e intestinal), penicilina, 41 kilos. 71 Galería Vandrés: “Eros y el arte actual en España”, participo con dos óleos. Madrid. Exposición individual Galería Seiquer. “… como instrumento lingüístico es perfecto y las direcciones de su lenguaje entendibles, la obra nueva me place gratamente…” “… es una pintura sabia que no quiere bastarse a sí misma…” Vignolas “… la capacidad de seducción que veo en estos óleos no se aprende y ha logrado en su pintura una perfecta expresión…” José Hierro, sigue Castro Arines… bla, bla, bla… Me pago mi pasaje y regreso a Lima. Busco a Ugarte Eléspuru para trabajar de profesor. No se puede tener un título y ser imberbe, denegado. 72 expongo donde Carlos Rodríguez Saavedra, individual. Regreso a Marruecos, Alemania, Austria, Suiza… vago, vago y sigo vagando. Camino casi toda Europa. Exposiciones callejeras. Vendo tres carpetas de óleos sin firmar para un aficionado al arte. Regreso a Lima. La Galería Carlos Rodríguez Saavedra ha cerrado. Monto una editorial legal y erótica. ¡Un éxito!, me cae la PIP, decomisan, se me busca por corrupción a la sociedad. Salgo del Perú. México – Tlahuapan, crio cerdos, edito libros, castro, inyecto, planto y trabajo en mis cosas. La ambición ajena se sustenta en tener y en no ser nada. Me conceden un pasaje México – USA – Lima. Me presento, Sexto, Carceleta, Lurigancho, libertad condicional. Sade, Musset y la literatura galante inglesa se queda entre la risita histérica del Tribunal. Pago la indemnización económica a la sociedad. 77 me encierro a pintar definitivamente aunque el infierno se hunda. Se hunde. 79 destruyo todo y no expongo. 80 regreso a España, Marruecos, Mauritania. Ya nada es igual. Los viajeros parecemos delincuentes y el agua Sidi Harazen viene en envases plásticos. Los europeos de la 3ª, edad blancos-azulinos se calientan al sol, en Agadir, como grotescos yogures. Regreso a Lima. Trabajo en esta serie al óleo. Hasta el 13 de octubre espero conservar esta obsesión de equilibrio para realizar esta exposición como una promesa inexistente a la señora Francoise de Rodríguez Saavedra.

1980, Galería Nueve. La “promesa inexistente” queda cumplida Sra. Francoise de Rodríguez Saavedra. Las catorce obras se venden antes y durante el primer día de la exposición. Vendo todo menos mi alma. El camino del “éxito” es ese. Concluyen allí el academisismo, los cánones, las fórmulas… ¿Dónde radica la libertad artística? Reviso. Me vuelvo a cuestionar. Tres años horribles. El síndrome del fracaso es mi sombra. Huyo a España. Nada. Me largo a Marruecos. No se vaga con una idea. Regreso. Nada es nada. Destruyo todo. 1984, ruptura con el plano básico: horizontal-vertical. (Muere Tilsa. Once años de amistad). La forma como soporte. La teoría se entiende como propuesta lúdica. Tarjeta de un artista: “¿Quo vadis?” A eso no hay respuesta. La búsqueda, la exploración, es parte de crear. 1985, Galería Nueve, el desarrollo deja la teoría. La “Pelirroja” y todas sus “hermanas”. El “éxito” se convierte en desconcierto. Pachacámac. Destierro. Trabajo en silencio. 1986, II Bienal de La Habana. 690 artistas, 2451 obras, Primer puesto en pintura. La maquinaria funciona. Las propuestas. Mi problema es otro. C.C. Municipalidad de Miraflores: “Sobre la forma, el espacio y la expresión. 1984-1987”. La tentación: ¿soy yo Adán? La UNAM, México. 1987, me instalo en San Angel, D.F. Museo del Chopo. Instituto Nacional de Bellas Artes. 1989, Museo de Arte Carrillo Gil. Los materiales: metal, tierra, brea… todo. Regreso a Lima. Sendero y el Apocalipsis. El Perú es una bomba. La dinamita es el pan. La sangre el ketchup. Ni casa ni taller. Trabajo en un pampón. 1989, Barranco. Galería Forum: “Los eunucos de la guerra”. Ahora Nueva York, Canadá, Brasil. 20va. Bienal Internacional de Arte, Sao Paulo. Invitado de honor en la III Bienal de La Habana. Catorce obras. L. Lama “… se ha hecho mucha literatura en torno a Tola, se ha escrito hasta la saciedad”. 1990, construyo un nuevo taller. Empiezo. Catorce meses. Veinticinco horas diarias. PVC. Polietileno. Plástico. Soplete, salitre, brea. Quemo. Plástifico y me plastifico por dentro y por fuera. Humo-negro-plástico. Somos carne igual. Clavo. Rompo. Suturo. “El Iluminado”. “El Yacente”. “Etarot descendiendo a los infiernos”. Dimensiones tridimensionales: entre 480 x 350 x 50 cms. En la pared, escrito: “Fuera de esto no hay nada”. 1991, la conclusión final: “Desde la violencia y la forma”.

 

C.C. Municipalidad de Miraflores. 1992, Galería Camino Brent. 1994. C.C. Municipalidad de Miraflores: “Espacios mentales”. Me voy a México. Ixtaccíhuatl y Popocatépetl. Seis meses: Veintidós cuadros. “Arquetipos mentales”. ¿Medita el alma, acaso, ahora? Pinto. Regreso al plano básico. La problemática es otra. La horizontal, la vertical, sobre ella, en ella, los pesos, la composición… conjugar una y la otra. Buscar aquí y allá. Nueva York. Los días en la acera del frente. Regreso a Lima. Juan Acha escribe un ensayo: “Las paradojas de José Tola”. 1995, Museo de la Nación, “José Tola. Retrospectiva: 1965-1995”. Pienso: treinta años en esto. Casi mi vida. Sigo. Trabajo en diez cuadros al mismo tiempo. “Entre la abstracción y la metafísica”. Entre destruirlos o no. Opto por hacerlo. Empiezo otra serie. Austeridad total. Negro, blanco y uno o dos colores. Termino y desaparecen como al apagar la luz. Se salvan dos o tres. Pienso en ellos. Extraños cuadros: “La serie negra”. Estoy en 1997. Sigo trabajando en las obras, “De la realidad interior”. Son trece o catorce. ¿Llegaré a junio? Invitado de honor, V Bienal de Cuenca. Voy. Vengo. Museo de Arte Moderno, Quito. Pinto. No pinto. Hace diez años no pintar un día me atormentaba. Ahora la idea es otra. Puedo trabajar de cabeza, parado, sentado, con o sin materiales. Crear desde lo más hondo: la verdad o nada. Nunca más claro. La angustia, no. Es peor. Leo, corrijo mi novela, “Ego azul”. ¡Se publicará! Dibujo. El lienzo en blanco, espera. Ni hoy, ni mañana. No hago cuadros, es cierto, nunca los he hecho. Otra vez el cuestionamiento, nuevamente el, “¿Quo vadis?” No hay respuesta. Nunca la hay. En esto uno está solo ante un enorme, oscuro “horizonte vacío… solo y quizá solo para siempre”. La misma idea. En el arte no hay progreso, eso lo saben, si no todos, algunos…, o…”.

 

Lima, 1997



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