La violencia sufrida en Ayacucho durante los años 80 dejó heridas tan profundas en Clotilde Arotoma de Huillcahuari y su familia, que incluso hoy cualquier vistazo al pasado acarrea dolor y revive las pérdidas. Sin embargo, de esa misma oscuridad y tristeza, esta mujer de 61 años obtuvo fuerzas para reinventarse e iniciar una carrera como chef gracias a la Beca Técnico Productiva Repared, que otorga el Estado mediante el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación.
“A inicios de los 80, cuando tenía una tiendita en mi pueblo, solo había estudiado la Primaria. Mis hijos y sobrinos iban al colegio, así que mi hermana, su esposo, mi esposo y yo trabajábamos hasta que por miedo no tuvimos otra opción que cerrar. En el 2017, cuando me enteré de que había becas para personas como yo, me presenté y gané una para estudiar cocina durante tres meses. Aprendí viendo, en la práctica captaba más rápido: a saltear verduras, a blanquearlas. ¡Antes yo cocinaba solo tapado! Me preguntaba por qué no me sale el brócoli así, verdecito. Fue recién en las clases cuando aprendí que se cocinan sin tapa y con sal”, recuerda.
Natural del distrito de Huancaraylla, en la provincia ayacuchana de Víctor Fajardo, conocida por sus impresionantes aguas turquesas, Clotilde es la tercera de ocho hermanos. Desde muy joven encontró en la cocina una fuente de ingresos, ya que vendía desayunos y almuerzos en su tiendita. Por ello, ni bien aprendió a preparar nuevos y deliciosos platillos no lo dudó y abrió un restaurante: Mamá Cloti, en el distrito de San Juan Bautista, Huamanga.
“Ahora tengo un certificado que dice que he estudiado cocina. Es mi orgullo, todos me felicitan. Aunque viejita has estudiado, me dicen. Para el estudio no hay edad, les respondo. Soy abuela de cuatro nietos, tengo tres hijos y un negocio. Ahora mi vida es más alegre”, comenta Clotilde, quien no descarta seguir estudiando y continuar sorprendiendo a sus nietos, como aquella primera vez cuando la vieron cargando una mochila con libros. La misma mochila que, desde el próximo 11 de marzo, por el inicio de clases, llevará al colegio una de sus nietas, de 14 años.
Clotilde tiene planes de ampliar su restaurante para convertirlo en un centro de recreo turístico. También planea abrir una sucursal en su natal Huancaraylla, para el que ya tiene listo hasta el nombre: Las aguas turquesas de Millpu.
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