Miercoles, 11 de Junio del 2025
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Pensión 65 rescata orquídeas en departamento de Pasco

Publicado el 19/01/19

Las ideas, lejos de perderse con los años, se alimentan de la experiencia y para demostrarlo, don Máximo Acosta, a poco de cumplir los 80 años, ha encontrado el momento de capitalizar sus vivencias y conocimientos, a través de la formación de un orquideario natural en la comunidad nativa Yanesha Tsachopen, en el departamento de Oxapampa. 

Con una tenaz dedicación, esfuerzo y perseverancia, Máximo Acosta Ciriaco, usuario del Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – Midis, está rescatando a las majestuosas orquídeas, especies que conocieron a los dinosaurios y pertenecen a las primeras familias de plantas con flor, que aparecieron en la tierra. 

“Las orquídeas me mantienen vivo y son mi razón de ser, porque son lo mejor que tiene la naturaleza, nos dan vida. Por eso, por ningún motivo, las vendo”, afirma el adulto mayor, a quien el orquideario le ha permitido mantenerse activo y mentalmente estimulado. 

Desde el 2010, don Máximo comenzó a hacer realidad el sueño del jardín natural – que en la actualidad alberga unas 700 especies -, al decidir hacer frente a la tala de los árboles, en medio de la cual también veía extinguirse las orquídeas, que representan altos valores como el amor y la amistad. 

Siete especies, una de estas “Zapatito de reina”, fueron las primeras que formaron parte del orquideario; con el transcurrir del tiempo, ha rescatado otras como la “Cattleya labiata”, “Zapatito del príncipe” y “Sobralia”, las cuales crecen bellas y elegantes en la comunidad de Tsachopen, distrito Chontabamba, provincia de Oxapampa; zona que forma parte de la Reserva Biosfera Oxapampa-Asháninka Yanesha,un punto importante de conservación por la presencia de culturas indígenas, cultivos sostenibles y áreas naturales protegidas.  

 En la tarea de proteger a las especies, Máximo tiene como aliada fundamental a su esposa, Donata Trujillo, con quien recolecta los desechos de troncos podridos, para abonar las plantas, a las cuales algunas personas les atribuyen cualidades curativas para la diabetes y los cálculos renales, entre otras.

Oxapampa es la cuna del señor Acosta, quien nació en esta bella ciudad hace 78 años, y ahora está convencido de que las nuevas generaciones de peruanos necesitan aprender a preservar las orquídeas, y, por eso, se ha integrado a las trasmisiones intergeneracionales, como parte de la iniciativa del Midis – Pensión 65, Saberes Productivos, que desarrolla la Municipalidad Distrital de Oxapampa. 

Mediante esta intervención, los niños de la Institución Educativa Bilingüe de la Comunidad Nativa Yánesha Tsachopen N° 34245, ingresaron por primera vez al orquideario, el cual no está abierto al público. “La juventud y los niños necesitan cuidar las plantas porque es una oportunidad que pueden aprovechar cuando crezcan, con el turismo vivencial y el uso medicinal de estas plantas”, sostiene Acosta Ciriaco.

 Si bien las orquídeas son una de las familias botánicas más extensas de la naturaleza, y que registran alrededor de 30,000 variedades en todo el planeta, don Máximo comenta que, en Oxapampa, tienen algunas que son poco conocidas como Brasin; Cobachi; Oncidium; Ida gigantea; Lucusta sudameris; Maxilaria lute alva; Maxiliaria peruviana; y Maxiliaria alpestis.

 

DATOS Y CIFRAS

·         Saberes Productivos de Pensión 65 se realiza en 511 distritos del país, con 62,726 usuarios y usuarias.

·         Las orquídeas son empleadas para aliviar la tos, desinfectar heridas, limpiar los riñones y combatir la anemia; los indígenas de Norteamérica las usan para el tratamiento del cáncer.

·         En México, con las orquídeas elaboran confituras para el Día de los Muertos, mientras que, en Turquía, preparan el salep, ingrediente de una bebida típica de ese país.

·         Una tradición japonesa cuenta que la esposa de un emperador se embriagó con el aroma de una orquídea y gracias a eso, el matrimonio tuvo trece hijos sabios y valientes.

·         Hubo un tiempo en que regalar una orquídea era más apreciado que regalar un diamante.

 



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