El presidente ruso, Vladímir Putin, ha avisado este jueves a Occidente de que si no se inician las conversaciones para renegociar los tratados de control de armas nucleares clave, el mundo se enfrenta a una situación “muy peligrosa”. “Desgraciadamente hay una tendencia a subestimar la posibilidad de una guerra nuclear, y esa tendencia está incluso creciendo”, ha afirmado Putin en la rueda de prensa de fin de año que celebra cada año en Moscú. El presidente ruso ha criticado la decisión de Estados Unidos de retirarse del tratado clave de control de armas nucleares de corto y medio alcance, y ha afirmado que parece tener pocas ganas de extender otro de esos pactos estratégicos. Y eso, ha alertado, conduce al mundo a “un precipicio muy peligroso”.
“Estamos presenciando la desintegración del sistema de control de armas”, ha declarado Putin. “El New Start [que limita el número de misiles nucleares estratégicos y de cabezas nucleares] expira en 2021. Y aún no tenemos negociaciones en marcha. ¿No quieren hablar de eso? Bueno, está bien. Estaremos a salvo, sabemos cómo protegernos”, ha recalcado el presidente ruso.
Desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció que su país se retiraría del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, que firmaron en 1987 el entonces presidente Ronald Reagan y el secretario general del Partido Comunista de la antigua URSS, Mijaíl Gorbachov, el control de las armas, sobre todo de armas nucleares, se ha convertido en uno de los puntos de fricción más graves con Washington. Y de preocupación para el resto de jugadores del tablero geopolítico global.
Este jueves, Putin ha acusado a Washington de provocar con su decisión de abandonar esos acuerdos estratégicos que el mundo sea un lugar mucho menos seguro. “Es difícil imaginar qué va a pasar. Si esos misiles [de EE UU] se sitúan en Europa tendremos que garantizarnos que estamos seguros”, ha dicho. “Y no estamos luchando por una ventaja, sino por la igualdad, por la paridad; para garantizar nuestra seguridad”, ha añadido el presidente ruso ante un auditorio en el que le escuchaban casi 1.700 personas, en su mayoría periodistas.
Putin, que destacó la importancia de normalizar relaciones con Trump, aseguró además que Washington está considerando el uso de misiles balísticos con ojivas convencionales. El lanzamiento de un misil de este tipo podría confundirse con uno nuclear, aseguró, y eso, podría provocar una catástrofe global. “Si eso ocurre podría suponer la destrucción de toda la civilización y ser incluso el fin de nuestro planeta”, trató de alertar.
La rueda de prensa anual de Putin se ha convertido en un espectáculo maratoniano de preguntas y respuestas en el que el presidente ruso da rienda suelta a su discurso y los periodistas tratan de llamar su atención para obtener la palabra. Lo hacen con carteles, vistiendo trajes regionales o agitando pañuelos e incluso banderas.
“Hay una tendencia hacia la reducción del umbral para el uso de [armas nucleares]. Ideas sobre la creación de armas nucleares de baja capacidad”, ha declarado Putin. “Pero la reducción del umbral podría llevar a una catástrofe nuclear global”, ha dicho el presidente ruso.
Rusofobia y sanciones
El presidente ruso ha evitado ahondar en el caso del ex espía ruso Sergéi Skripal, envenenado con un agente tóxico junto a su hija Yulia en suelo británico por agentes de los servicios secretos rusos, según Reino Unido. Putin ha asegurado que el caso Skripal, que desató otra oleada de sanciones contra Rusia y la expulsión de diplomáticos rusos de una multitud de países, no es más que “otro caso de Rusofobia”.
“Son movimientos políticos y si no hubiera habido caso Skripal habrían inventado algo. El objetivo es muy simple: frenar el desarrollo de Rusia [que es visto] como un posible competidor”, ha apuntado el mandatario. Putin ha vadeado convenientemente el hecho de que tanto los servicios de inteligencia británicos como distintas investigaciones periodísticas han identificado a los autores del envenenamiento como dos agentes de uno de los servicios secretos rusos (el GRU).
Las sanciones por el caso Skripal se han sumado a otras impuestas por Occidente a Rusia después de que se anexionase la península de Crimea (en 2014) y por EE UU debido a la injerencia en las elecciones presidenciales de 2016. Sanciones que van desde el bloqueo de la importación y exportación de algunos productos y alimentos –a las que Moscú también respondió imponiendo sus propias sanciones– al bloqueo de cuentas de oligarcas rusos y empresarios relacionados con el Gobierno.
Este jueves, pese a que la economía rusa está estancada desde 2014 debido a la rebaja de los precios del petróleo y a las restricciones de Occidente, Putin ha asegurado que esas sanciones no tienen efecto en Rusia. De hecho, ha afirmado que es Occidente quien más está sufriendo por estas restricciones. “Las sanciones han sido contraproducentes para aquellos que las han impuesto”, ha dicho. “Para ellos [para Occidente] es sensible. Mire a España. Allí tienen un 15% de paro. Nosotros un 3%”, ha dicho.
Rusia está clasificada hoy como la duodécima economía global por el Banco Mundial. Y Putin afirma que tiene “los medios” para que entre en el top cinco. El mandatario ha afirmado que la economía rusa se contrajo un 2,5% después de 2014, pero afirmó que esto se debió fundamentalmente al desplome del precio del crudo. Putin resaltó que Rusia ha registrado un crecimiento de un 1,7% en los primeros meses del año y que prevé un crecimiento de un 1,8% en 2018, aunque ha reconocido que el aumento ha sido menor después de lo que ha llamado “una larga pausa”.