Por primera vez se presenta una plataforma que aglomera los datos sobre Minería Ilegal de seis países amazónicos. Este trabajo realizado por organizaciones de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela y Perú confirma la existencia de, al menos, 2.312 puntos y 245 áreas de extracción no autorizada de minerales como oro, diamantes y coltán en la selva tropical, la región con más diversidad del planeta.
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) realizó su estudio denominado “Amazonía saqueada”, a partir de imágenes satelitales y noticias publicadas en la prensa de los países mencionados hasta el 2017. La investigación que abarcó 7 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical, ha construido una herramienta en línea (https://mineria.amazoniasocioambiental.org/) que permite navegar por todos los puntos y áreas de minería ilegal para determinar su impacto en áreas naturales protegidas y territorios indígenas.
“La incidencia de la minería ilegal en la Amazonía, especialmente en los territorios indígenas y áreas naturales protegidas, ha crecido exponencialmente en los últimos años con el alza del precio del oro. No obstante, esta es una de las presiones menos investigadas, por lo que RAISG decidió incluirla como uno de los temas que requiere seguimiento permanente, sobre todo por sus impactos socioambientales”, indicó Beto Ricardo, secretario Ejecutivo de la RAISG.
(Fuente: Plataforma RAISG)
Madre de Dios, área de más degradación de la Amazonía
Entre las 245 áreas de extracción detectadas, 132 están en Brasil (principalmente en la región del río Tapajós) y 110 en el Perú en la región de Madre de Dios. Mientras que tres están en Bolivia. El estudio concluye que Madre de Dios, es el sector de la Amazonía más degradada por la extracción de oro.
La investigación identificó que en 649 áreas naturales protegidas, 55 tienen puntos de minería ilegal activas o balsas dentro de sus límites y 41 zonas protegidas sufren daños indirectos, debido a que la actividad ilegal está presente en las zonas de amortiguamiento o en sus fronteras.
De otro lado, de los 6.207 territorios indígenas ubicados en los seis países, 78 presentan actividades mineras en su entorno. La mayoría de estos territorios indígenas (64) está ubicada en Perú.
“Para contrarrestar la arrasadora actividad de minería ilegal urge un mecanismo de articulación e involucramiento entre el gobierno nacional con las regiones y demás actores locales. Sin embargo, no solo es cuestión de crear leyes, sino de cómo las aplicamos en el terreno sin presupuesto, sin personal capacitado y sin equipos. Debemos superar de manera urgente esta falta de voluntad política”, indicó para el estudio Pedro Tipula, especialista del Instituto del Bien Común – IBC y Coordinador del Sistema de Información sobre Comunidades Campesinas del Perú (SICCAM).
Uso del mercurio
Camilo Guio, vicedirector da Gaia Amazonas explicó que las mencionadas actividades extractivas ilegales trabajan de forma “antitécnica e insostenible”, se valen del uso de balsas y dragas y además la mala utilización del mercurio que genera daño en la salud de las poblaciones locales y de los pueblos indígenas.
“Los datos recogidos por la RAISG, sin embargo, constituyen una primera aproximación a la situación, que refleja un problema de una magnitud desconocida y cuya visión representa sólo una parte de lo que realmente está sucediendo. Los casos reportados provienen de informes de comunidades ribereñas e indígenas, del relevamiento de noticias y del análisis de imágenes satelitales”, precisa el estudio.
Según detalla la investigación, en el Perú los resultados preliminares de un estudio realizado por el Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA) revelan que los niveles de mercurio en peces son un 43% mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros.
Recolectaron muestras de peces en siete lagunas ubicadas en zonas mineras abandonadas de Laberinto, Tambopata, Madre de Dios e Inambari. Adicionalmente se recolectó muestras de peces en dos lagunas y un río dentro del Parque Nacional Manu, como área de referencia donde no hay presencia de actividad minera.
Este panorama que se presenta en la región ha generado que la deforestación en el Perú alcance picos jamás registrados. De acuerdo a una investigación del Centro de Innovación Científica Amazónica (CINCIA), en solo cinco años hubo una pérdida forestal de 170 mil hectáreas, cifra que es 30% mayor a la anunciada en otros monitoreos.
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada – RAISG, creada en 2007, es una iniciativa regional amazónica que genera información georreferenciada y posibilita una visión integral de la Amazonía y de las amenazas que se ciernen sobre ella.
El mapa ha sido producido por una red de trabajo de organizaciones no gubernamentales en seis países amazónicos: Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) en Bolivia, Gaia Amazonas en Colombia, Instituto del Bien Común (IBC) en Perú, Ecociencia en Ecuador, Provita y Wataniba en Venezuela, Imazon e Instituto Socioambiental (ISA) en Brasil.
Para acceder a la plataforma accesa a este enlace https://saqueada.amazoniasocioambiental.org/story/conflicts
Fuente: El Comercio.