La primera semana de febrero del 2019, cuando la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) realice su primer concierto oficial del año, se debe presentar el libro sobre los 80 años de esta institución musical. El estudio fue encargado al músico Luis Roncagliolo, bibliotecólogo de la OSN.
El Ministerio de Cultura trabaja en la diagramación y el diseño. “Queremos entregar a la ciudadanía una versión digital gratuita para que se pueda descargar y tenerla a modo personal”, adelanta José Vidaurre, comunicador de la Dirección de Elencos Nacionales del Ministerio de Cultura.
Inicios e integrantes
La OSN, hoy bajo la dirección del maestro Fernando Valcárcel, se creó en agosto de 1938 y cuatro meses más tarde debutaba oficialmente. En ese momento, no había en Lima suficientes músicos para abordar el repertorio más importante escrito para orquestas grandes, es decir, autores como Stravinsky, Mahler o Strauss (en su primer concierto, la OSN ofrecería en el repertorio el ‘Bolero’ de Ravel, pieza que ya se había estrenado en Lima años antes y gozaba de mucha popularidad; uno de sus admiradores era el presidente Óscar R. Benavides).
Roncagliolo subraya que ayudó mucho la llegada de los músicos europeos exiliados, sobre todo judíos, que llegaron huyendo de la II Guerra Mundial. “Ellos no solo completaron la plantilla de la orquesta, sino que también hicieron escuela en el Perú porque eran muy buenos”, reconoció el investigador.
El número de integrantes de la OSN fue variando con el tiempo, aumentaría en la década de 1950, pero se reduciría durante los períodos de crisis económica que viviría el país. “La OSN ha sido un reflejo de lo que ha sucedido en el Perú”, dice.
Presencia femenina
La maestra Carmen Moral se desempeñó dos veces como directora titular de la OSN. En 1969, ganó “el primer y el único concurso que se hizo para ser director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional”. Con ello, también se convirtió en la primera mujer con ese cargo en América Latina. Durante el inicio de la década de los setenta, Moral tuvo una dirección compartida con el maestro Leopoldo La Rosa (1931-2012), luego trabajó mayormente sola. En la segunda mitad de los años ochenta, volvió a desempeñarse con la batuta frente a la OSN. En la década pasada, en el 2006, recién llegaría Mina Maggiolo como segunda directora titular del elenco.
Con respecto a integrantes femeninas, en la actualidad hay más de 10 profesionales que la integran. Roncagliolo recuerda que a inicios de esta historia musical peruana entre los primeros integrantes figuraron dos damas: la violonchelista Angélica Cáceres de Arce, quien hizo escuela de este instrumento en el país; y una de las integrantes de las Damas Vienesas, que actuaban en el Palais Concert.
Así, la OSN remó contra una corriente discriminatoria frente al talento musical femenino. “En todo el mundo era un poco desfavorable la presencia de las mujeres en las orquestas sinfónicas, tanto así que en la Filarmónica de Viena recién en 1997 se permitió la entrada de mujeres. Y había discursos muy desfavorables sobre la presencia femenina, pero, dentro de todo, la Sinfónica Nacional del Perú les ha dado cabida desde el comienzo”, dice Roncagliolo.
Repertorio nacional
En su concierto inaugural, ofrecido el 11 de diciembre de 1938, la OSN “rompió fuegos” con una versión del Himno Nacional. Fuera de esa pieza protocolar, en su tercer concierto de ese año incluyó una pieza de un autor peruano: la suite ‘Instantes’, de Alfonso de Silva.
Al año siguiente, tras convocar mediante el programa de mano a los compositores para que presenten sus obras, en su primer concierto oficial de 1939 la OSN estrenó una obra de Daniel Alomía Robles. Medio año más tarde, una de Theodoro Valcárcel.
“Se trató de compositores indigenistas que ya estaban en lo último de su producción”. Ambos creadores fallecerían en 1942. Para Roncagliolo, la OSN tuvo el derrotero de abarcar la producción nacional, si bien no siempre se pudo, pero sí en los mejores momentos de la vida institucional del primer elenco musical.
“No era que no se le diera cabida a los compositores, sino que eso significaba un presupuesto aparte: derechos de autores y otros temas, pero en líneas generales la OSN ha impulsado tanto la interpretación como la creación de nuevas obras”, dijo. Sin embargo, reconoce que, de acuerdo con el interés de cada director, se ha buscado este repertorio nacional.
Recuento
Este año, el primer elenco musical del país comenzó sus presentaciones en febrero. No solo ofreció conciertos en el Gran Teatro Nacional, sino que también se desplazó a espacios públicos de distintos distritos de la capital, como Barranco, el Campo de Marte de Jesús María –un escenario que a mediados del siglo pasado se creó justamente para albergar a la OSN–, además de hospitales como el del Niño.
El año pasado salió a la luz el disco sobre la obra de Theodoro Valcárcel, y para el próximo año la orquesta ya tiene por editar tres nuevos álbumes con composiciones de tres creadores de la generación del 50: Edgar Valcárcel, Celso Garrido-Lecca y Francisco Pulgar Vidal.
La Perricholi en ópera
Con respecto a los otros elencos del Ministerio de Cultura, el Coro Nacional de Niños presentó este año el espectáculo Solo Queen y, debido al éxito, para el 2019 planea ofrecer un espectáculo sobre la música de otra banda británica. En el 2018, presentó la ópera infantil Pulgarcito y para el 2019 espera montar La ciudad bajo el mar. En cuanto al Ballet Nacional, volverá a tener tres temporadas. Se repondrá Romeo y Julieta, con el que tuvieron mucho éxito, y se reservan para la última temporada del 2019 el estreno mundial de una obra. El Coro Nacional se ha fijado como proyecto del bicentenario montar obras relacionadas con el país. Si este año presentó la ópera Alzira, de Verdi, ambientada en el Perú colonial, para el 2019 piensan montar la ópera La Perricholi. (JVV/DOP)