Ciudad de México
AFP
El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, acordó trabajar en conjunto con los empresarios mexicanos después de una campaña electoral marcada por acusaciones entre ambas partes.
“Fue una reunión muy cordial, de coordinación para trabajar conjuntamente Gobierno y sector empresarial”, dijo el veterano izquierdista, ganador de la elección presidencial del domingo pasado, tras una reunión a puerta cerrada con el influyente Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“Quiero manifestar mi satisfacción por la actitud del sector empresarial de nuestro país […]. Agradecerles porque han actuado de manera muy respetuosa hacia nosotros reconociendo el triunfo que obtuvimos el domingo”, agregó.
Sin abusos
López Obrador señaló que en su gobierno no habrá imposiciones pese a que su movimiento tendrá mayoría en el Congreso.
“No se va a actuar de manera prepotente, no se va a imponer nada. Nada por la fuerza, todo por la razón y el derecho”, indicó.
Reiteró que su administración revisará los contratos otorgados bajo la vital reforma energética del saliente presidente Enrique Peña Nieto para garantizar que no haya corrupción.
Por su parte, el líder del CCE, Juan Pablo Castañón, señaló que hubo un ambiente de confianza en la reunión.
“Establecimos mecanismos de trabajo para que la transición que genere mucha confianza y una gran apertura en la posibilidad de trabajar con su equipo”, enfatizó.
Agregó que habrá reuniones periódicas “cada tres meses, para darle seguimiento y retroalimentación tanto a las acciones de gobierno, planes de gobierno, como retroalimentación desde la economía”.
Insultos del pasado
Durante la campaña presidencial, la relación entre López Obrador y la iniciativa privada estuvo marcada por señalamientos entre ambas partes.
López Obrador llamó a algunos empresarios “traficantes de influencias”, mientras que varias grandes empresas, como Grupo México, un conglomerado con concesiones mineras y ferroviarias, llamaron a sus empleados a no votar por un modelo “populista”.