Sábado, 23 de Noviembre del 2024
Según un estudio de Microsoft, el 65% de los jóvenes, hoy, están estudiando algo que no les servirá cuando se gradúen, dentro de cuatro años. Y, en cambio, pocos están enfocados en adquirir conocimientos científicos que seguramente serán requeridos. “De los 430 millones de miembros que tiene Linkedin, solo 9,4 millones tienen habilidades en ciencias de datos (matemática, computación, formación en probabilidad y estadística) y unos 84.000 tienen un título acorde. Poquísimos”, afirma Florencia Scandale, directora de recursos humanos de Microsoft Argentina.
Por ello, si hay algo que tienen claro los expertos en recursos humanos es que nadie sabe cuáles serán los empleos del futuro y las universidades también pasan por un período de cambio. A fin de afrontar este reto, Federico Salon, director de recursos humanos de Wework en América Latina comenta los nuevos paradigmas laborales y las habilidades indispensables para trabajar y vivir en el siglo XXI:
La clásica práctica de enviar empleados a realizar cursos de capacitación en universidades o completar una maestría ya quedó en el pasado. Hoy, la fuente de información y aprendizaje está en el trabajo, porque incluso programas académicos cortos de un año quedan rápidamente desactualizados. En lo que a instrucción y actualización respecta, la constancia y la regularidad son claves para CEO´s y empleados. Para poder seguirle el ritmo a la innovación hay que estar dispuesto a aprender todos los días. Singularity University, por ejemplo, ofrece cursos virtuales de cinco semanas vinculados a la transformación digital y son gratuitos.
Por ejemplo, en Wework, una plataforma para creadores de espacios colaborativos inteligentes, enfocado en crear comunidades brindando servicios físicos y virtuales en 75 ciudades de todo el mundo, se dictan cursos cada semana a los miembros de la comunidad (independientes, pymes o grandes compañías que trabajan allí). La oferta abarca clases de edición, marketing digital, estrategias de venta, empoderamiento al liderazgo femenino, spinning, cocina y diseño de drones.
“Tratamos de atender las necesidades de nuestros miembros. El intercambio genera nuevos negocios y abre posibilidades”, explica Salon. Internamente, cuentan con una plataforma llamada Wework Learn que brinda cursos de actualización en las áreas de desempeño específicas de sus empleados.
Para los millennials es natural convivir en escenarios donde se lidia en simultáneo con la colaboración y la competencia para potenciar resultados.
Es importante que los integrantes de un equipo sepan que forman parte de una cadena de valor en donde pueden complementarse con otros miembros para realizar un buen trabajo.
El desafío de aprender sobre la marcha está relacionada a la capacidad de desempeñarse en una tarea compleja por primera vez.
Para los millenials el factor monetario ya no define un cambio de trabajo, actualmente el factor cultural es determinante a la hora de elegir un empleo. Esto incluye la mirada que tiene la organización sobre sus empleados; cuál es su propósito, el tipo de liderazgo que predomina (inclusivo o jerárquico), qué lugar tiene la diversidad en todas sus facetas (de género, cultural, social, de enfoques de pensamiento).
En las organizaciones muchas veces priorizan la capacidad de un candidato de ensamblarse en la empresa, por encima de su experiencia o conocimientos técnicos.
Los líderes empiezan a animarse a prácticas de reverse mentory (mentoría inversa), donde los empleados ofrecen feedback y sugerencias a sus jefes. El papel del líder se traduce en ser facilitador de una cultura de innovación, y como promotor de los procesos de cambio.
Las organizaciones se enfrentan al desafío de lograr que cuatro generaciones trabajen juntas de manera armoniosa: baby boomers, generación X, millennials y los Z. Los ejecutivos de 35 años predominan con un estilo de trabajo flexible, colaborativo, de escasa planificación y de apertura constante a líneas de negocios nuevas. Además, para ellos, ocio y trabajo van de la mano. Pasan de cerrar una importante operación a tomarse una cerveza o jugar un partido de ping pong en la oficina de al lado.
No alcanza con hacer un cambio tecnológico una vez, como subirse a la nube, sino hacer que esa transformación digital sea sustentable en el tiempo.
Los robots y máquinas inteligentes no desplazarán al hombre. Habrá una convivencia inteligente y la tecnología potenciará la productividad, pues son las personas quienes diseñan las máquinas. Por eso las capacidades tecnológicas y científicas serán cada vez más requeridas.
