Cuando su madre colocaba pacha salvia en la leche recién ordeñada de la vaca , para que la bebiera con rico aroma, fue incubando en él su vocación de químico farmacéutico, sin presentirlo. Pero fue el fitoterapeuta cañetano Leonardo Chumpitaz quien lo acercó a la magia de las plantas medicinales. Sus extractos de verbena y chicoria, recuerda Mario Carhuapoma Yance, lo encaminaron hacia la indagación científica de la sabiduría popular.
“Fue como un padre para mí. ‘Nayo’, como le decían, no iba al médico ni a farmacias, él mismo preparaba sus pócimas naturales con diversas plantas. Para curarnos de las enfermedades solamente usábamos las que teníamos alrededor. Lo recuerdo con mucha nostalgia. Heredé sus saberes y aprendí a defenderlos científicamente”, comenta.
Es profesor de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UNMSM, y responsable de la cátedra de Química Analítica.
Por el tiempo dedicado a la investigación, Mario se siente heredero del moqueguano Ángel Maldonado, farmacéutico, coautor con Hermilio Valdizán, médico psiquiatra, de los tres tomos del libro La medicina popular peruana, que publicaron en 1922.
Allí dieron a conocer diversas aplicaciones medicinales de plantas, minerales y animales que sorprendieron a muchos, como el uso de leche de burra para proteger la piel, recuerda.
Carhuapoma Yance, natural de Huarcaya, Putaqapampa, en Víctor Fajardo, Ayacucho, ha seguido esa ruta, y como ellos ha hecho públicos los resultados de sus estudios.
Hoy es autor de libros como Sacha Inchi Inca Peanut: moléculas biofuncionales y cosmecéuticas (Editorial Concytec, 2009); Maíz morado, purple corn: moléculas bioactivas antioxidantes y anticancerígenas. (Editorial Concytec, 2008); y artículos como “Composición química, actividad anti-helicobacter pylori y antioxidante del aceite esencial de Satureja brevicalyx Epling ‘urqu muña’, 2007”.
Estudioso sin barreras
Este docente universitario siente orgullo por su alma mater, sobre todo, afirma, porque trabaja con un excelente equipo multidisciplinario de científicos con los que comparte un solo sentimiento: servir al Perú y su biodiversidad.
Cómo no investigar, dice, en un país que posee 50,000 especies de plantas útiles (alimenticias, medicinales, aromáticas, mielíferas, cosméticas) mientras que en toda Europa solo existen 12,000 especies y en Estados Unidos, 16,500, comenta con énfasis.
“Para mí es imperativo hacerlo; contribuyo a la solución de diversos problemas de salud públicos, como la desnutrición infantil, anemia y enfermedades tropicales, las llamadas enfermedades de los pobres, como el mal de Chagas o el dengue”, afirma.
Al rememorar su niñez y adolescencia, le brillan los ojos al traer hacia el presente los 13 diplomas que obtuvo por ser aplicado, a sus maestros que valoraron en él su esfuerzo, pues para costear sus estudios, desde pequeño fue un miloficios.
“Como sanmarquino, para mí es una obligación humana y sentimental producir más investigación aplicativa para salir de la pobreza. Nuestra biodiversidad es una fuente inagotable de soluciones”.
Hoja de vida
Es doctor investigador calificado por Concytec. Es profesor invitado por la Universidad Complutense de Madrid para investigaciones en Nanomedicina y Nanofarmacia.
Es doctor en Farmacia y Bioquímica (UNMSM). Tiene una Maestría en Ciencias (M. Sc.) con mención en Recursos Vegetales y Terapéuticos (UNMSM).
Es químico farmacéutico de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. El 2016 ganó el Premio Hipólito Unanue en Ciencias Médicas 2016, Instituto Fundación Hipólito Unanue.