El presidente estadounidense Donald Trump confirmó que la cumbre con el líder norcoreano Kim Jong Un se realizará el 12 de junio en Singapur, luego de conversaciones sin precedentes con el enviado de Pyongyang en el Salón Oval.
Kim Yong Chol, mano derecha del líder norcoreano, entregó a Trump una carta que el mandatario estadounidense calificó de “muy agradable” y “muy interesante”.
Aunque admitió que el acuerdo con Corea del Norte “será un proceso”, Trump afirmó que cree que finalmente será “exitoso” y prometió que no impondrá nuevas sanciones a Corea del Norte durante las negociaciones.
“No voy a usar más la expresión ‘presión máxima’. No quiero usar más ese término. Nos llevamos bien. Ven nuestra relación”, declaró a periodistas tras haber acompañado a Kim Yong Chol a su vehículo.
Los dos hombres se reunieron en el Salón Oval de la Casa Blanca durante una hora y 20 minutos, en una nueva muestra de la distensión entre los dos países, una semana después de que Trump cancelara la cumbre alegando una “abierta hostilidad” norcoreana, aunque luego diera marcha atrás.
“Nunca dije que se arreglaría con una reunión. Hablamos de años de hostilidades y problemas”, advirtió sin embargo el presidente, antes de predecir un final “muy positivo”.
Respecto a la desnuclearización de Pyongyang, aseguró: “Se que quieren hacerlo. Quieren otras cosas similares. Quieren desarrollarse como país. Y eso se va hacer. No me cabe duda”.
Negociaciones
Desde que Trump anunció la suspensión de la cumbre, los diplomáticos de ambos países han desarrollado febriles negociaciones hasta el aparentemente auspicioso encuentro previo entre el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el general Kim Yong Chol.
Paralelamente, el canciller ruso Serguéi Lavrov tuvo una reunión con Kim en Pyongyang, tras la cual -según la agencia oficial de noticias KCNA- el líder norcoreano dijo que “la voluntad de la República Democrática de Corea de dirigirse hacia la desnuclearización sigue sin cambios, coherente y fija”.
No obstante, no está del todo claro que la visión de Corea del Norte de una “desnuclearización” a cambio de garantías de seguridad y alivio de sanciones sea compatible con la demanda de Washington de una terminación “completa, verificable e irreversible” del programa nuclear de Pyongyang.
Muchos expertos esperan que Kim, quizás con el respaldo tácito de China, reclame que Washington reduzca su presencia militar en Corea del Sur y afloje las garantías que otorga a su aliado Japón.
Sin embargo, el secretario de Defensa Jim Mattis afirmó que la presencia de tropas estadounidenses en Corea del Sur no es un tema que esté previsto tratar durante la cumbre.
“Este asunto no está sobre la mesa en Singapur el día 12 (de junio) ni debería estar”, dijo Mattis durante el foro de seguridad Shangri-La que se celebra en Singapur, en referencia a la fecha de la cumbre entre Trump y Kim.
Pero Pompeo sugirió que las cosas avanzan en la dirección correcta.
“Se necesitará el audaz liderazgo del presidente Kim Jong Un si logramos aprovechar esta oportunidad única para cambiar el rumbo del mundo”, señaló.
“El presidente Trump y yo creemos que el presidente Kim es el tipo de líder capaz de tomar esas decisiones, y en las próximas semanas y meses, tendremos la oportunidad de probar que ese es el caso”, agregó.
Pompeo dijo que tras reunirse dos veces con Kim Jong Un y tres con Kim Yong Chol, considera que Corea del Norte está al menos lista para considerar las exigencias estadounidenses de desnuclearización.
Estados Unidos quiere que Pyongyang acepte que su desarme nuclear esté en el centro de la agenda de la cumbre y advierte que sin ello no hay levantamiento de sanciones posible.