En mayo, la moneda argentina registró una pérdida de valor del 11.94% respecto al dólar debido a las recientes subidas de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED). Ante esta situación, el Gobierno argentino ha decidido recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para solicitar un préstamo que le permita enfrentar estos momentos álgidos. En la última edición del Asbanc Semanal, el Área de Estudios Económicos de la Asociación de Bancos del Perú, detalla los antecedentes que marcaron un contexto de incertidumbre para la gestión de Mauricio Macri.
Para profundizar, la FED ha ido aumentando su tasa de interés de referencia, ubicándola en un rango de 1.5% y 1.75% en la actualidad, lo que a su vez genera que todas las tasas de interés de la economía aumenten. Es así que los inversionistas deciden retirar el dinero que tienen en diferentes mercados mundiales y lo llevan hacia Estados Unidos, originando que los países emergentes salgan perjudicados al ser testigos de una salida masiva de capitales.
En las últimas semanas, diversas monedas del mundo han experimentado una marcada depreciación producto de esta fuga de capitales; no obstante, la pérdida de valor ha sido más pronunciada en el peso argentino y la lira turca.
En el caso de Argentina, su moneda sufrió la corrida cambiaria debido a dos motivos. Por un lado, dicho país acumula un déficit fiscal de 6.5% del PBI al 2017 y su inflación anual supera el 25%, siendo la segunda más alta de la región. De otro lado, existe un factor psicológico en el cual el país ha sufrido varias veces las consecuencias de los aumentos bruscos en el tipo de cambio. Es por ello que el dólar se ha convertido para los argentinos en una divisa que les ayuda a preservar el valor de su dinero.
En consecuencia, el Banco Central comenzó a defender su moneda desde dos frentes: mediante la intervención cambiaria y el aumento de la tasa de referencia. Al mismo tiempo, la misma entidad buscó evitar una masiva salida de capitales a través del aumento de su tasa de interés, con la intención de mantener el atractivo de los activos argentinos. Sin embargo, el peso argentino continuó su marcha descendente.
El Área de Estudios Económicos de ASBANC considera que el eventual préstamo que podría otorgar el FMI (se habla de unos US$ 30,000 millones) a Argentina podrían paliar sus actuales dificultades.