En el valle de Tambopata en Puno, a 1350 msnm, la Cooperativa San Ignacio LTDA cultiva uno de los cafés más finos del país. Esta organización está conformada por 125 productores de la provincia de Sandia, que acaban de exportar, de manera indirecta, un primer micro lote de 10 quintales (460kg) a Rusia.
El Gobierno del Perú, a través del Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), cofinanció un Plan de Negocio por S/ 877,383.00 que incluyó capacitaciones para el proceso de fertilización y manejo agroecológico del café, y para la estandarización de procesos de cosecha y post cosecha.
Pero sin duda, el aporte más significativo fue el tecnológico. La Cooperativa San Ignacio implementó el equipamiento e insumos que necesitaban para optimizar el proceso productivo, con la entrega de 20 motosierras, 125 motoguadañas y fertilizantes.
También se cofinanciaron 125 despulpadoras, 125 tinas de fermentación, 30 módulos de secado solar y un kit de laboratorio de control de calidad con la finalidad de modernizar el proceso post cosecha. Adicionalmente, se entregaron una motocicleta para supervisión de labores en el campo y un camión, que les permite trasladar el producto hasta la ciudad de Juliaca.
Café peruano fino en Rusia
San Ignacio LTDA es una de las organizaciones cafetaleras más antiguas de la provincia de Sandia. Su fino café ha llegado por primera vez a Rusia a través de la exportación indirecta con la empresa Tregar. El café exportado tiene 86.5 puntos en taza con un aroma floral que lo hace exquisito.
Estos productores ya cuentan con marca propia. “Kori”, que en quechua y aimara significa “oro”, es el nombre de su producto cuya presentación en café tostado y molido fue traído a Lima el año pasado para ser presentado al mundo en la feria Expo Café 2017. En la actualidad, vienen tramitando la certificación orgánica y de Comercio Justo con la finalidad de poder concretar la exportación directa a mediados de este año.
De esta manera, el MINAGRI incrementa la competitividad de los pequeños y medianos productores agrarios mediante el fomento de asociatividad, gestión empresarial y la adopción de tecnologías. Esto gracias al cofinanciamiento no reembolsable que busca aportar al desarrollo de la caficultura peruana.