Roma, Italia
AFP
Italia cerró su campaña para las elecciones legislativas de mañana con grandes manifestaciones en Roma, Florencia y Milán, un maratón de entrevistas de los principales líderes y un Silvio Berlusconi, redimido, dispuesto a dar batalla por la derecha.
Una verdadera caza al indeciso se abrió ante una de las elecciones más inciertas de la historia reciente, con tres grandes fuerzas políticas en pugna, que –según los sondeos de hace dos semanas– dan ventaja a la derecha, aunque ninguna obtendría la mayoría necesaria para constituir un gobierno.
Después de su única reunión pública conjunta, celebrada en Roma, los líderes de la heterogénea coalición de derecha, formada por Silvio Berlusconi (Forza Italia, centro derecha), el xenófobo Matteo Salvini (de la Liga Norte) y la posfascista Giorgia Meloni (Hermanos de Italia), han decidido convocar a sus huestes por separado.
Los inmigrantes
Mientras el magnate usará todo su talento comunicativo en un popular programa televisivo del canal público, el ultranacionalista Salvini se dirigirá a su bastión electoral en Milán, al que ha prometido en todas las ocasiones expulsar a los inmigrantes ilegales, caballo de batalla de su campaña en el que no ha ahorrado términos para decir que “negro es sinónimo de criminalidad”.
Berlusconi
En víspera de la votación, Antonio Tajani, actual presidente del Parlamento Europeo, aceptó oficialmente ser el candidato de Silvio Berlusconi para liderar el país y de alguna manera sustituir al magnate, inhabilitado por fraude fiscal hasta el 2019.
Un gesto de agradecimiento a su mentor, que debería tranquilizar a los mercados y a los demás países de Europa preocupados por la posible victoria de una derecha xenófoba y antieuropeísta en Italia.
El hombre que tiene buenas relaciones con todos, que se mueve como un pez en el agua dentro de las instituciones europeas, es la carta vencedora del multimillonario ex primer ministro, de 81 años, quien se presenta ahora como un padre sabio para los italianos.