Un enfrentamiento de bandas en el Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación, conocido como ex Floresta, en Trujillo, causó cinco muertos y 18 heridos que fueron traslados a los centros de salud y clínicas cercanas, la mayoría por intoxicación ante el humo que generó el fuego de los colchones, prendidos por los mismos internos para evitar el ingreso del personal de seguridad de ese centro.
El gerente de centros Juveniles de Rehabilitación del Poder Judicial, Julio Magán, aseguró que la violencia se desató por el enfrentamiento de los miembros de las bandas organizadas “La Jauría” del barrio de El Porvenir y “La Gran Familia” del barrio Del Valle, que desde hace tiempo tienen continuas disputas por el control de algunos pabellones de ese establecimiento.
Sin embargo, desde Trujillo se informó que hubo un intento de motín que se originó al promediar las 11.00 a.m. cuando un grupo de internos empezó a quemar un colchón en la puerta del pabellón dos, ubicado en el segundo piso.
El motivo del reclamo sería porque las autoridades los habían castigado prohibiéndoles las visitas por, según versiones, haberse emborrachado y originado grescas entre ellos, hace quince días. El fuego que iniciaron se les fue de control, al salpicar las chispas al resto de colchones que provocó la destrucción de todo el ambiente del segundo piso, en un área de aproximadamente 80 metros cuadrados.
Un bombero que participó del rescate dijo que se quemaron todos los colchones, camas, frazadas, sabanas y cubre camas del ambiente del pabellón dos. Un fuerte contingente policial acordonó la zona para evitar que los familiares de los internos ingresen al centro de reclusión.
En medio del fuego se desató un enfrentamiento entre los miembros de las citadas estas bandas y el personal que resguarda el centro de rehabilitación no pudo controlar el fuego con los extintores ni el agua, por lo que el lugar se llenó de humo afectando seriamente a otros internos que no tenían nada que ver con las disputas y no podían escapar pues la puerta de salida estaba bloqueada por el fuego.
Un verdadero infierno fue lo que vivieron los internos de ese centro, que en medio de la violencia de las bandas trataba de escapar del fuego. Los bomberos, policías y serenos tuvieron que intervenir para apagar el fuego y rescatar a 29 personas, entre menores y adultos, afectados por el intenso humo. Cinco fallecieron y 18 tuvieron que ser trasladados a centros médicos debido a la gravedad de su estado.
Controlado el incendio, llegó la fiscal Flor de María Aznarán Basilio, de la Cuarta Fiscalía Provincial de Familia Transitoria de Trujillo para verificar la situación de los adolescentes internos. El director de ese centro de menores, Genaro Gómez, lamentó las muertes y pidió el traslado de los internos mayores de edad y también de los menores que pertenecen a conocidas bandas del norte pues son una amenaza constante para el resto de menores.
En las afueras, los familiares vivían un drama aparte tratando de averiguar el estado de sus seres queridos y pugnaban por conocer la lista de fallecidos. Algunos padres denunciaron el hacinamiento en ese centro de menores, advirtiendo que casi todas las semanas hay enfrentamientos y las autoridades no han hecho nada para impedir las peleas de las bandas, asegurando que muchos menores son obligados a integrarse a las organizaciones criminales bajo amenaza de muerte.