Ciudad del Vaticano
EFE
El papa Francisco pidió en el Vaticano, en su primera misa del año en la basílica de san Pedro, que se garantice la “paz” de los inmigrantes y refugiados y apeló para ello a las instituciones civiles, educativas, asistenciales y religiosas.
El pontífice dedicó la homilía de ese acto religioso a destacar el papel de la Virgen María en la misa dedicada a ella en un día en el que la Iglesia católica celebra la 51 Jornada Mundial de la Paz, que se fija en esta ocasión en la situación de inmigrantes y refugiados.
Y a ellos aludió expresamente tras el acto en la basílica vaticana después del rezo del Ángelus ante miles de personas congregadas en la plaza de san Pedro.
Garantías
El papa pidió entonces que se garantice a refugiados e inmigrantes un “futuro de paz” y recordó a los que “están dispuestos a arriesgar la vida en un viaje que en gran parte de los casos es largo y peligroso”.
“No apaguemos la esperanza en su corazón; no sofoquemos sus esperanzas de paz. Es importante que de parte de todos, instituciones civiles, realidades educativas, asistenciales y eclesiales, haya un esfuerzo por garantizar a los refugiados, a los inmigrantes, a todos, un futuro de paz”, señaló el papa.
Jorge Bergoglio abogó por un “mundo más solidario y acogedor” y señaló que en el día de hoy se quería hacer eco “de nuestros hermanos y hermanas que invocan para su futuro (de los inmigrantes y refugiados) un futuro de paz.
El futuro
Su mensaje de la Jornada de la Paz, que este año tiene el título de “Inmigrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”, Jorge Bergoglio advierte que “las migraciones globales seguirán marcando nuestro futuro”.
Asimismo, lamenta que “en muchos países de destino se ha difundido ampliamente una retórica que enfatiza los riesgos para la seguridad nacional o el coste de la acogida de los que llegan”.
Sufrimiento
En su mensaje, Francisco recuerda a los más de 250 millones de inmigrantes que hay actualmente en el mundo, de los que 22. 5 millones son refugiados. Ellos “buscan un lugar donde vivir en paz” y para encontrarlo, “muchos de ellos están dispuestos a arriesgar sus vidas. Están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos”, agrega el papa.
Aporte
-Para el papa, los inmigrantes “no llegan con las manos vacías”, sino que “traen consigo la riqueza de su valentía, su capacidad, sus energías y sus aspiraciones.
Y, por supuesto, los tesoros de su cultura, que enriquecen así la vida de las naciones.
Francisco pidió a los fieles que dejen “los fardos del pasado” y empiecen “de nuevo desde lo que importa”.