El Vacticano
AFP
El papa Francisco pidió “paz para Jerusalén y toda la Tierra Santa” y un “diálogo sereno” en Venezuela, al pronunciar su mensaje Urbi et Orbi de Navidad en la plaza de San Pedro.
Ante unas 50,000 personas que escuchaban su tradicional discurso, el papa dijo esperar que “prevalezca la voluntad de reanudar el diálogo” entre las partes implicadas para “alcanzar una solución negociada, que permita la coexistencia pacífica de dos Estados”.
Tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer la llamada Ciudad Santa como capital de Israel, el papa ya instó recientemente a “mantener el statu quo” de Jerusalén, conforme a las resoluciones de la ONU. El controvertido anuncio, hecho el 6 de diciembre, ha provocado manifestaciones casi diarias en los territorios palestinos.
Venezuela
En su mensaje navideño, el papa Francisco también hizo alusión a Venezuela y pidió un “diálogo sereno”.
“Confiamos Venezuela al Niño Jesús para que se pueda retomar un diálogo sereno entre los diversos componentes sociales por el bien de todo el querido pueblo venezolano”, dijo el pontífice desde el balcón de la basílica de San Pedro.
El papa también habló de los niños sirios, “marcados aún por la guerra que ha ensangrentado ese país en estos años”, esperando que Siria se comprometerá a “reconstruir el tejido social con independencia de la etnia o religión”.
También hizo hincapié en los niños de Irak, un país que “todavía sigue herido y dividido por las hostilidades” de estos últimos quince años, y los de Yemen, “donde existe un conflicto en gran parte olvidado”.
En referencia a la situación entre Corea del Norte y Corea del Sur, Bergoglio instó a rezar “para que en la península coreana se superen los antagonismos y aumente la confianza mutua por el bien de todo el mundo”.
“Vemos a Jesús en tantos niños obligados a abandonar sus países, a viajar solos en condiciones inhumanas, siendo fácil presa para los traficantes de personas”, afirmó el pontífice.
Cristianos en Irak
En Siria e Irak, dos países de donde el grupo yihadista Estado Islámico (EI) fue expulsado en 2017 casi totalmente, las minorías cristianas pudieron volver a celebrar la Navidad.
Es el caso de Mosul, segunda ciudad de Irak, arrebatada al EI en julio. Aunque solo una pequeña parte de los cristianos de esta localidad han regresado, las canciones navideñas se podían oír ayer en la iglesia de San Pablo.
El patriarca de la Iglesia católica caldea, monseñor Louis Sako, pidió a las decenas de fieles presentes rezar por “la paz y la estabilidad en Mosul, en Irak y en el mundo”.