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Escultor colombiano HUGO ZAPATA presenta “AFLORAMIENTOS”

Publicado el 15/11/17

“AFLORAMIENTOS” en galería enlace arte contemporáneo

El jueves 16 de noviembre a las 7:30 pm, la Galería de Arte Enlace Arte Contemporáneo, Av. Camino Real 1123, inaugurará la exposición individual de Esculturas recientes titulada “AFLORAMIENTOS” del reconocido artista colombiano, el Maestro Hugo Zapata.

Hugo Zapata, uno de los artistas escultores más sobre salientes de todos los tiempos en el ámbito nacional e internacional colombiano, nació en La Tebaida, Quindío, en 1945. De un año de edad fue a vivir a Medellín. Desde que estudiaba en bachillerato ya sentía interés por el arte. Se dedicó a hacer serigrafía durante muchos años, al mismo tiempo que sentía gran curiosidad por las piedras. De 1963 a 1966 estudia Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia. 1967 – Se vincula a la Universidad Nacional de Medellín, Colombia, de la cual es Profesor Emérito. En 1972 – Se gradúa como Arquitecto, Universidad Nacional, Medellín. Estando en la universidad comenzó a trabajar en el laboratorio de Geología en el que estudiaba la dureza y el brillo de las piedras. “En determinado momento me interesé por lo tridimensional y las piedras, que ya las tenía bastante estudiadas, y las empecé a buscar con intención”, relata. Así que se dedicó completamente a esto. Además, para él, lo tridimensional es lo más cercano al hombre y a la realidad.  El maestro Hugo Zapata expone individual y colectivamente desde 1975 en Colombia. En 1978 obtuvo una mención de honor en el II Salón de Artes Visuales. Su primera exposición internacional la hizo en Caracas, Venezuela, y desde entonces su obra se ha exhibido en México, Francia, Israel, China, Argentina, Estados Unidos, Bélgica, París, Santiago de Chile, entre otros. De igual forma, sus obras se encuentran en un sinnúmero de espacios públicos del país y por fuera de él. En Medellín, por ejemplo, la Universidad Eafit alberga su obra “Ágora”; “Pórticos”, en la vía hacia el Aeropuerto Internacional José María Córdova; “Poniente”, en el Banco de la República en Bogotá, entre otros. En 1998 el maestro fue seleccionado para el Premio Luis Caballero con su obra “Mantos”; en el 2000 fue escogido para realizar la escultura “Calice”, en el Parque de Esculturas América Latina, en Natanya, Israel y, en 2012 le fue otorgado el Premio “Cafeto de Oro Artes Plásticas” por el Consejo Municipal de Armenia, Quindío.

La muestra que presenta en Galería Enlace está conformada por alrededor de 20 esculturas recientes de variados formatos, principalmente en piedra lutita.

Hugo Zapata siente ante la naturaleza la misma sensación maravillada del hombre primitivo: estupor ante la piedra, reverencia ante su belleza inmotivada, innecesaria. Todo podría ser frío e indiferente en la naturaleza, y no lo es. ¿Por qué? Porque la vemos. El ojo busca formas en las nubes, en las olas, en las cortezas, y también en las piedras. Y en esas formas adivina la belleza. Zapata dice que tiene, en su taller, “un sembrado de piedras”, y que estas van poco a poco brotando de sí mismas, floreciendo, mostrando lo que tienen por dentro. Una mañana él descubre que una forma ha aflorado, una forma antes no vista en la materia inerte, y le dice cariñosamente a la piedra: “Hoy te tocó, querida.” Y como Venus de la concha, de sí misma nace la piedra. Una vez el artista le dijo lo siguiente a Juan Luis Mejía: “El gran aporte lo hace la naturaleza, yo lo que hago es transformar esas rocas, intervenirlas, para que aparezcan como un hecho mío, pero con el soporte de la misma naturaleza.(…)

No la cincela para adaptarla a alguna forma cultural o animada del mundo (caballo, mesa, hombre, dios, profeta, trono, virgen, niño) sino que pule su misma forma mineral, respetándola, para hacernos disfrutar, decantada, su pura materia pétrea inanimada. Lo único que queda como rastro de vida en sus esculturas, son los antiquísimos restos fósiles, pero no los esculpe en la piedra, sino que los descubre y los mima, los preserva. Y allí, en la superficie de las piedras pulidas por Zapata, las amonitas flotan como en constelaciones, giran sobre las otras en círculos, en elipses, o en espiral, sobre sí mismas. “Cunas”, les dice Hugo a estas formas circulares pues son como la cuna de la vida, del mundo consciente: ve en la piedra pulida toda la historia de la naturaleza, que otros llaman Creación.

La primera sensación que dan las esculturas de Hugo Zapata es que son táctiles, hechas como para que un ciego pase su mano por el lomo lamido de esas piedras de formas evocadoras pero sin forma alguna definida. Piedras que evocan formas naturales, montañas, lagos, rocas, cascadas, cordilleras, lunas, conchas, valvas, vulvas, vaginas, pétalos, falos, glúteos, almohadas, cantos del agua, guijarros humildes, rocas arrogantes, peñas gigantes, piedras de molino, venas, cálculos, danzas, bóvedas celestes, constelaciones, ríos. Qué no estará escondido en estas piedras. Todo el torbellino del mundo. Lo que fuimos. Lo que volveremos a ser. Polvo de estrellas, piedras. Lo único que queda cuando nada queda: piedra sobre piedra.” por Héctor Abad Faciolince



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