Domingo, 22 de Diciembre del 2024
Lima, 1
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de octubre de 2017. De acuerdo a cifras de la Policía Nacional del Perú, durante el 2016, se reportaron 3194 denuncias por violación sexual a niñas y adolescentes; es decir, cada día 9 niñas y adolescentes fueron violentadas sexualmente. Además, se reporta que los delitos son cometidos con mayor frecuencia en el propio hogar de la víctima (41.9%), entre los viernes (21.8%) y sábados (17.5%).
Según información del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), de enero a agosto de este año, 4998 mujeres sufrieron violencia sexual, en donde el 71% fueron niñas y adolescentes. Si se tomaran en cuenta los casos de violencia sexual que no son denunciados, probablemente el número se pueda incrementar hasta 4 veces más.
“La violencia sexual en niñas y adolescentes es una problemática que aún no se toca con seriedad. Muchas veces se da en nuestro propio hogar, sin embargo, no se habla ni se denuncia por diversas razones. Los padres y las madres tienen un rol fundamental en la protección y prevención de este delito”, señala Lourdes Sandoval, coordinadora de proyectos de la ACS Calandria.
De acuerdo el Seguro Integral de Salud (SIS), cada día 4 niñas de 10 a 14 años se convierten en madres, las cuales tienen 4 veces más el riesgo de morir durante el parto en relación a una mujer adulta. En el 2016, tuvimos 9 casos de embarazos de niñas de 5 años que, definitivamente, han sido producto de una violación.
De igual modo, Lima es la región con mayor número de embarazos adolescentes con 29,645 casos registrados entre el 2010 y 2016; seguidos por Cajamarca (10,625), Loreto (10,018), San Martín(9,643) y La Libertad (8,795).
Hace una semana se reportó el caso del embarazo de una menor de 8 años, quien aparentemente fue abusada sexualmente por su padrastro. La menor tiene 27 semanas de gestación y la investigación está a cargo de la Fiscalía Provincial Civil y Familia de la provincia de Melgar (Puno).
La Asociación de Comunicadores Sociales Calandria viene promoviendo la campaña Ya no es secreto, una iniciativa que apuesta por el diálogo y la denuncia del embarazo de niñas y adolescentes como producto de actos de violación sexual. Además, busca crear conciencia sobre las situaciones de riesgo en los hogares en el que los padres y las madres juegan un rol fundamental para prevenir la violencia sexual.
