Lima, 13 de setiembre de 2017. En casos como el de Maritza Garrido Lecca, los terroristas son liberados porque han cumplido su condena, según lo establece la legislación peruana.
No obstante, la reacción que se ha visto a nivel social y en los medios de comunicación es una muestra de que aún no se han sanado las heridas ni se ha procesado adecuadamente el impacto del terrorismo en el Perú, por lo que hay miedo de que vuelva a ocurrir.
Así, organizaciones como el MOVADEF aprovechan el desconcierto que genera la incapacidad de procesar el pasado, para captar nuevamente gente que no tiene una clara comprensión de lo que ocurrió en décadas pasadas y no duda en unirse a esta opción facilista y terrible del marxismo.
“El problema fundamental es que muchos peruanos aún no han internalizado la idea de que el conflicto ya ha terminado, puesto que no hay una visión oficial y consensuada del conflicto terrorista. Es decir, no ha habido un proceso interno de sanación”, indicó César Belan Alvarado, Investigador del Centro de Estudios Peruanos de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa.
Esto debido a que los medios institucionales, como la Comisión de la Verdad y Reconciliación, han generado más polémica y han incrementado así el dolor de este proceso, en lugar de ayudar a pasar ese proceso de luto.
“De hecho, la creación del mito del Presidente Gonzalo ha hecho que no se aluda a la perspectiva ideológica de base de Abimael Guzmán Reynoso, que es el Marxismo fundamentalista. Así, no se ha evidenciado el problema fundamental del terrorismo, que ha sido una expresión de la violencia marxista”, explicó César Belan.
Al usar términos como “guerra interna”, se le concede derechos a una parte que no tiene derechos y que, de una manera rastrera y vil, como lo entiende toda la población, se enfrenta a la sociedad.
Por mantener alguna prédica política, intelectual o ideológica, se ha generado una versión del conflicto que no tiene nada de equilibrado y que muestra una igualdad de condiciones entre policías mutilados en el ejercicio de su función y terroristas que sin legitimidad alguna en sus actos.
“La manera de procesar el terrorismo no ha sido una cuestión nacional, ni estatal, ni pública. No ha habido ningún esfuerzo común, sino que ha sido un proceso más bien personal o familiar, en el mejor de los casos”, recalca el especialista.
No hay una visión estandarizada y clara de la época del terrorismo porque aún es un terreno en debate ideológico y por eso no se ha escrito nada oficialmente, lo que se quiso escribir no ha sido aceptado y no va a ser aceptado porque no hay consenso en cuestiones sobre cómo surgió, cómo afrontarlo y cómo evitarlo.
Y en este contexto, poner en acción dichas ideas radicales o esa visión equivocada de la realidad, puede llevar otra vez a esta escalada terrible de violencia. Es cuestión de tiempo, salvo que la sociedad se preste a discutir sobre ello.
“Lo que se debe hacer es iniciar una labor con la sociedad civil. Frente a un Estado débil, comenzar a trabajar con comunidades naturales: sindicatos, iglesias, clubes de barrio, etc.”, remarcó Investigador del Centro de Estudios Peruanos de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa.
Se debe trabajar la historia, para que entre los miembros de estas comunidades se llegue a un acuerdo acerca de la visión del terrorismo, porque cada uno ha vivido esta realidad de manera diferente. Ahí está la verdadera reconciliación.
“El Estado debe inducir a que la gente reflexione desde su realidad, desde su familia, desde su comunidad y esto generará mejores resultados. Se tendría que hacer un trabajo en aula, para que nos pongamos a reflexionar desde pequeños. La clave es dialogar y plantear la realidad de las cosas”, puntualizó César Belan.
Acerca de la Universidad Católica San Pablo
La Universidad Católica San Pablo (www.ucsp.edu.pe) es una institución que realiza actividades como la investigación, la enseñanza y la extensión para contribuir con la configuración de la cultura conforme a la identidad y despliegue propios del ser humano.
Fundada en enero de 1997 en la ciudad de Arequipa, la Universidad Católica San Pablo ofrece nueve carreras de pregrado organizadas en cuatro Facultades (Ciencias Económico Empresariales, Ciencias Humanas, Derecho e Ingeniería y Computación), además de cursos de postgrado y extensión universitaria.