Petro-Perú lo confirma. Techint (constructor del ducto de Camisea) es la empresa con la que la estatal ha firmado una carta de intención para reparar y, eventualmente, gerenciar las operaciones del Oleoducto Norperuano (ONP) bajo la fórmula de “asociación en participación” (es decir, una suerte de joint venture).
“No se trata de una concesión. Hemos firmado un documento para ver si podemos ponernos de acuerdo para formar una asociación. La idea es que Techint gerencie la reparación y mantenimiento del oleoducto con personal en planilla de Petro-Perú”, explica Eduardo García-Rosell, presidente de la estatal peruana, en exclusiva para Día1.
El ejecutivo apunta que Petro-Perú conseguiría de esta manera una suerte de “gerente de ductos”, razón que explica que no se haya designado un reemplazante para Jesús Angulo, quien hasta hace poco era el ejecutivo responsable de gerenciar el oleoducto.
Financiamiento
Ambas empresas tienen hasta octubre para ponerse de acuerdo. Si ello ocurre, Techint se abocará durante seis meses a determinar la inversión requerida para reparar el ONP, la misma que es estimada en US$500 millones a US$800 millones.
“Cuando la evaluación sea completada y certificada [por un tercero], estimamos demorar tres meses más para levantar fondos, pero ese no será un problema porque Techint cuenta con el respaldo de un conocido fondo internacional que está dispuesto a poner todo el dinero”, detalla García–Rosell.
Agrega que la exitosa emisión de bonos para el proyecto de modernización de la refinería de Talara (PMRT) brinda una garantía más de que Petro-Perú logrará estructurar de manera inteligente el financiamiento para asegurar la construcción (capex) y operación (opex) del oleoducto. Sin embargo, alerta que este proyecto será sostenible en el tiempo, si y solo si se cumplen ciertas condiciones. ¿Cuáles?
Crudo para el oleoducto
Para que la gestión del oleoducto rinda ganancias, se requiere que transporte un volumen de crudo apreciable. Y eso solo se conseguirá si los operadores de lotes de crudo liviano y pesado de la selva invierten para reactivar e incrementar su producción, apunta García–Rosell.
“Debemos tener claridad de las reservas de crudo que hay en la Amazonía, pero también necesitamos que las regalías para los productores de crudo se reduzcan y los plazos para exploración y explotación se incrementen”, remarca.
A ese efecto, el Gobierno alista un proyecto de ley orgánica de hidrocarburos, para incentivar las inversiones en el sector, el mismo que será presentado al Congreso en la presente legislatura.