Sábado, 16 de Noviembre del 2024
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Lo que tiene que saber antes de cambiar al “Aprendizaje Invertido”

Publicado el 09/08/17

Por Juan Lucca, vicepresidente de ventas para América Latina de D2L

El aula invertida es un término que crearon Jonathan Bergmann y Aaron Sams, dos profesores de química de la Woodland Park High School de Woodland Park, Colorado.

Bergmann y Sams pensaron en una solución para ayudar a los estudiantes a no perder lecciones: grabarían el contenido de una clase y la compartirían con sus estudiantes de modo que pudieran verla en casa posteriormente. El tiempo en el salón de clase se invertiría para trabajar en proyectos a los que se aplicaría el conocimiento aprendido y se responderían preguntas.

El concepto básico de este modelo es que la instrucción directa es efectiva cuando se personaliza. La tecnología creada hace una década hizo esto posible permitiendo que las aulas se “invirtieran”.

Los estudiantes pueden tener acceso a la información a una hora y lugar que no requiere que el profesor esté presente físicamente. Debido a que los estudiantes ya están familiarizados con el material cuando la clase inicia, pueden dedicar su tiempo a colaborar con su maestro y otros compañeros para reforzar su conocimiento ya sea de forma individual o en pequeños grupos.

Las aulas invertidas incluyen todas las estapas del aprendizaje:

Conocimiento: ser capaces de recordar la información que aprendieron previamente.
Comprensión: ser responsables de lo que se ha aprendido y ser capaces de presentar la información de manera distinta.
Aplicación: aplicar las habilidades aprendidas a nuevas situaciones.

Uno de los principales beneficios de adoptar los métodos de aprendizaje invertido es que los estudiantes pueden aprender más a fondo y retener mejor los materiales. Ya que son responsables del proceso de aprendizaje y reciben una retroalimentación más frecuente, los estudiantes pueden comprender mejor el contenido. Además las aulas que incorporan el aprendizaje invertido brindan mayores oportunidades de interactuar y aprender de otros estudiantes. Con la asesoría de sus profesores los alumnos trabajan conjuntamente para resolver problemas y aplicar nuevos conceptos. Las universidades están aprovechando el aula invertida para realizar diferentes actividades en clase.

Cada estudiante tiene diferentes características, capacidades, habilidades, competencias y motivaciones. Por ello, la enseñanza no puede enfocarse en un estudiante promedio porque sencillamente no existe. A fin de apoyar el desarrollo del máximo potencial de cada estudiante, la personalización es crítica y con un aula invertida los educadores pueden darle a cada estudiante la atención que merece.

Es posible que el aprendizaje invertido despierte el interés de los estudiantes en su propio aprendizaje usando nuevas tecnologías que llamen su atención como plataformas o dispositivos que les permitan visualizar el contenido en línea preparado por el profesor. De este modo, los estudiantes se convierten en el centro de su propio proceso de aprendizaje ya que pueden revisar materiales o temas difíciles. Y si lo desean pueden volver a consultar el contenido en cualquier lugar y hora.

En un modelo de Aprendizaje Invertido el tiempo de la clase se puede dedicar a explorar los temas con mayor profundidad y crear amplias oportunidades de educación. Como resultado los estudiantes se involucran activamente en la construcción del conocimiento gracias a que participan y evalúan su aprendizaje.

El aprendizaje invertido replantea el papel de los instructores y estudiantes transformando su relación dentro del aula. Asimismo, ofrece varias formas de consumir el contenido mediante la tecnología. Por ejemplo, algunos estudiantes responden mejor viendo un video, mientras que otros se benefician de leer la transcripción.

Otro aspecto a tomar en cuenta es la masificación de los medios sociales. La inmediatez de las comunicaciones es la base que ha desarrollado una educación colaborativa reforzada por el sentimiento de pertenecer a un grupo o comunidad. Alrededor de esta tendencia, los entornos o comunidades educativos fueron creados para influir a los estudiantes así como a las instituciones de educación.

Sólo el tiempo podrá decir si el aprendizaje invertido cambiará de forma permanente la dinámica del salón de clases. Al final, se trata de crear oportunidades para una participación activa.

 



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