El español Rafael Nadal recuperó el trono en Roland Garros conquistando un histórico décimo título en París, ampliando su récord, tras una final este domingo en la que fue muy superior al suizo Stan Wawrinka, al que se impuso por 6-2, 6-3 y 6-1.
Nadal, que empezó el torneo como número 4 mundial y pasará el lunes al 2º lugar del ránking, culminó con total autoridad un torneo donde ha ido arrollando a sus rivales sin encontrar nunca una auténtica oposición.
“Volver a la final y ganar el décimo título aquí es increíble. Estoy muy emocionado”, fueron sus primeras palabras, haciendo un esfuerzo para hablar en francés, tras proclamarse campeón.
“El sentimiento que tengo es indescriptible. La adrenalina que siento jugando aquí es imposible de comparar con otro lugar. Es el torneo más importante de mi carrera”, sentenció.
Los números del palmarés de Nadal impresionan: fue su 15º título en un Grand Slam, dejando atrás los 14 de Pete Sampras y acercándose al récord de 18 de Roger Federer.
Nadie ha ganado más títulos que él en Roland Garros, donde en la ‘era Open’ (desde 1968) le sigue de lejos el sueco Björn Borg con 6. En los primeros años del torneo, el francés Max Decugis llegó a ganar 8, entre 1903 y 1914.
Nadal no ganaba un torneo del Grand Slam desde que conquistara hace tres años su novena corona en París, siendo entonces el número 1 del mundo. Ahí empezó un declive, marcado por diversos problemas físicos.
Tras ser subcampeón en el Abierto de Australia, la temporada sobre tierra batida ha sido la de la resurrección del mejor Nadal, que sólo perdió un partido sobre tierra en esta superficie (cuartos de final ante Dominic Thiem) y que ya había ganado los titulos en Montecarlo, Barcelona y Madrid.
Con el triunfo de este domingo, Nadal se vengó además de Wawrinka, que le había derrotado en la única final del Grand Slam que habían disputado anteriormente, la de Australia en 2014.
Wawrinka había ganado hasta ahora todas las finales que había alcanzado en los ‘grandes’ del calendario, con victorias también en las finales de Roland Garros en 2015 y del Abierto de Estados Unidos en 2016, pero esta vez no tuvo opción ante el ciclón Nadal.
“Eres un ejemplo. Lo que estás haciendo en el tenis y en el deporte es increíble”, le dijo el suizo al español en la ceremonia de entrega de trofeos.
De principio a fin
Ya desde el principio, Nadal dejó claro que salía decidido a no fallar en su nueva cita con la historia.
En el cuarto juego del primer set Wawrinka consiguió salvar cuatro bolas de ‘break’ para empatar la manga 2-2, pero hasta allí llegó su capacidad para mantener el duelo igualado: Nadal quebró sus dos siguientes servicios y se apuntó un cómodo 6-2.
En el segundo continuó con la misma tónica y rompió el servicio de Wawrinka ya en el segundo juego, para distanciarse 3-0. El juego agresivo del español hacía daño al suizo, el finalista de más edad (32 años) en Roland Garros desde hace 44 años y que en semifinales había tenido un desgaste físico importante.
Ninguno de los dos falló con su servicio y Nadal terminó apuntándose el set por 6-3.
Wawrinka se desesperaba ante la exhibición de su rival. Mordía la pelota, se golpeaba en la cabeza con las cuerdas de la raqueta e incluso rompió una al lanzarla al suelo por impotencia en el últmo juego del segundo set.
En el tercero, Nadal continuó sin perder con su servicio y con dos quiebres se llevó el set, el partido y el campeonato con un cómodo 6-3, cerrando el choque en 2 horas y 5 minutos.
Nadal perdió 35 juegos en su camino al título, quedando cerca del impresionante récord del sueco Björn Borg, que sólo había cedido 32 en 1978.
En la otra final del día en el torneo parisino, la checa Lucie Safarova y la estadounidense Bethanie Mattek-Sands se proclamaron campeonas por segunda vez en su carrera en la arcilla parisina.
El sábado, el torneo había coronado a su nueva reina, la joven letona Jelena Ostapenko, que sorprendió a la rumana Simona Halep (4-6, 6-4, 6-3) y se proclamó campeona, pese a haber comenzado el torneo sin ser cabeza de serie.