Miercoles, 13 de Noviembre del 2024
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Cubanos de Miami enfrentan nuevo escenario migratorio

Publicado el 13/01/17

Miami, ene. 13. En un “cafecito” de Miami, se arma temprano una tertulia sobre el fin de la política de “pies secos, pies mojados”. Muchos cubanos se beneficiaron de ella, pero otros la repudiaban por arbitraria y peligrosa.

El jueves por la noche, el gobierno de Barack Obama anunció el fin de esta política introducida en 1995, que permitía a los cubanos que pisaban tierra estadounidense acceder a la residencia. Los balseros festejaban al llegar a tierras floridanas; los que venían por tierra sólo tenían que anunciar que eran cubanos al cruzar la frontera con México.
Ahora esto se terminó, aunque sigue vigente la Ley de Ajuste Cubano de 1966, que da facilidades a los cubanos para conseguir la residencia y empleo, entre otros beneficios.
Obama “le está cuidando la vida a la gente, porque la gente se está tirando al mar”, opinó Idania, detrás de la máquina del café, sin querer dar su apellido. Una clienta que no quiere ser identificada replica: “Qué va, esa decisión ha matado a la gente, esto va a ser fatal”.
Pero Ramón Saúl Sánchez, director del Movimiento Democracia, una ONG que defiende legalmente a los cubanos en Miami, considera que la medida era esencialmente injusta por la arbitrariedad con que otorgaba los beneficios migratorios.
“Estamos a favor de la Ley de Ajuste Cubano, pero la ley de ‘pies secos pies mojados’ discriminaba a los cubanos basados en si estaban en tierra o si eran recogidos en el mar”, criticó.
“Y se han dado muchos casos de, por ejemplo, disidentes políticos, que los han recogido de altamar y los han repatriado a Cuba”, añadió.
Si se cumple a rajatabla la Ley de Ajuste Cubano, teóricamente estos opositores deberían recibir asilo, donde sea que hayan sido interceptados. Pero habrá que esperar para ver cómo se implementará ahora la ley, dice Sánchez, porque “en estos tiempos en que están enviando a todo el mundo para atrás, esto muy sospechoso”.
– Huir no es la respuesta –
Ernesto Rodríguez, un fotógrafo de 45 años, es una de las miles de personas que se benefició de esta política. Hace siete años entró por tierra desde Ciudad Juárez a El Paso, en Texas, y de allí viajó a Miami.
“Lo que más me disgusta es qué pasa con todos los que emprendieron viaje hace uno o dos meses y no habían llegado aquí todavía”, dijo.
Por tierra o por mar, la travesía es peligrosa. Se desconoce la cantidad de balseros que han muerto ahogados o comidos por tiburones en el estrecho de Florida, mientras el trayecto vía México supone el riesgo de secuestros y encuentros poco amistosos con los carteles locales de la droga.
Por eso para algunos, la eliminación de esta política es una buena noticia.
“Me alegro que al fin hayan quitado el decreto éste porque eso dio lugar a que murieran demasiados jóvenes”, dijo Laura Vianello, una jubilada de 70 años. “Los cubanos van a poder seguir viniendo por la Ley de Ajuste Cubano, pero al fin vemos que van a venir más ordenadamente”.
La Fundación Nacional Cubanoamericana indicó en un que “nunca consideró la medida ‘pies secos pies mojados” una opción efectiva ni justa para la difícil situación causada por los continuos intentos de los cubanos de entrar a Estados Unidos”.
“La solución al problema cubano no está en ningún otro lugar que dentro de Cuba”, escribió en un comunicado. “Huir no es y nunca será la respuesta”.
De otro lado del espectro político, el senador republicano por Florida Marco Rubio, de origen cubano, calificó de “absurda” la decisión de Obama.
“De hecho, la fallida política de Obama hacia Cuba, combinada con un aumento de la represión del régimen de (Raúl) Castro, condujo al incremento de la migración cubana desde 2014”, dijo en un comunicado.
Desde que Cuba y Estados Unidos reanudaron sus nexos diplomáticos en 2015, pequeñas pero continuas oleadas de cubanos -que preveían el pronto final de sus beneficios migratorios- partieron rumbo a Estados Unidos por mar y tierra.
Según el Pew Hispanic Center, en los primeros 10 meses del año fiscal 2016, 46.635 cubanos ingresaron en Estados Unidos, superando los 43.159 de todo el año fiscal 2015.
Esa cifra supera los 36.700 que emigraron en balsa en la llamada “crisis de los balseros” de 1994.
Hoy hay 1,8 millones de cubanoamericanos en Estados Unidos, la mayoría de ellos en Florida.


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